sábado, 16 de marzo de 2019

Gigante interior

Imagen tuneada de la red
Un corazón de lana y acero comenzó a latir rítmicamente en el pecho de Matías. De acero gris rabia y lana trémula deshilachada. Aún caminó unos metros más sin llegar a girarse. En la sien, sístole de coraje, diástole de temor. Pero alguien tiró con tanta fuerza de la mochila que llevaba a la espalda, que hizo que perdiese el equilibrio y cayera al suelo. Desde abajo miró uno a uno a los que jaleaban y reían. Entonces, lenta, muy lentamente fue levantándose. Cuando estuvo de pie, el niño medía más de tres metros. Mucho más. O así lo recordaron de por vida aquellos que recibieron su merecido.

Segundo intento en esta temporada de Relatos En Cadena. En esta ocasión no pasé a la final mensual. Seguimos, que será a la tercera. 

8 comentarios:

  1. Muy buen relato. Felicidades. La final mensual se te habrá escapadado, pero para mí ha sido un premio el leerlo.

    Un saludo

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    1. Por suerte, es algo que ya me queda para siempre. Muchas gracias.
      Un abrazo.

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  2. Es una maravilla. Muy Flores, muy Miguelángel. Muy tú. Siento que el premio sea solo para nosotros: tus lectores.
    Un abrazo y no te rindas, que mereces llegar.

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    1. Ahí, sigo, ReCompañera. No me rindo porque en definitiva se trata de escribir, que es lo que de verdad me lo llena todo. Un gran abrazo, Yolanda.

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    2. No sé si se envió el comentario....

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    3. No, no se envió. Decía que... ¡así se habla! De todos modos, algún día caerá. Seguro. Besos.

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  3. Buenas tardes Miguelángel, qué alegría haber dado con tu blog. Enhorabuena por el contenido que compartes. Un saludo!

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