Ana Vidal, de Relatos De Andar Por Casa, escribió un hermoso relato, lleno de erotismo que me sedujo al instante. Tanto que luego yo lo continué. Si quieres comprender la historia en su totalidad, ANTES de leer el mío, deberías pasar a mirar el suyo. Pincha AQUÍ para ello.
Parte II
Y un día vuelves a aquella casa, cerca de la noche, como
invitando a la ocasión. Y esperas a ver si alguien de los que van llegando de
visita, coincide con el aroma que guardas en algún pliegue, de tu mente o de tu
cuerpo. Pero las horas pasan y no crees reconocer en la voz de nadie sus
jadeos. Haces temblar tus rodillas, con ese tic que tu madre siempre regaña
porque no sabe que con él haces correr al tiempo.
Ya es muy tarde y no ves ningún sentido cuándo te preguntan si
quieres quedarte. Tú no viniste a buscar, viniste a encontrar. Te despides de
los más cercanos y estás a punto de abrir la puerta para marcharte, cuando
oyes, y casi hueles, a tu espalda, creí que nunca volvería a saberte. Entonces,
abres la puerta y sales.
Ambas fotos son imágenes tomadas de la Red, sin autor conocido.
Ambas fotos son imágenes tomadas de la Red, sin autor conocido.
Si la primera parte me pareció bella esta segunda no menos.
ResponderEliminarOs felicito a los dos por este ejercicio generoso, placer para los que os leemos.
Un abrazo
Generosa fue Ana que me permitió seguirla, cuando su historia ya tenía un final perfecto.
EliminarMe alegro de que lo hayas disfrutado, Anna.
Un abrazo
Me ha encantado que continuaras la historia, y hacer algo juntos, habrá que encontrarse más veces, con otras voces y otras músicas. Con o sin luz, con o sin puertas.
ResponderEliminarUn superabrazo
Bueno, ya te dije allí lo que pienso de esta colaboración. Pero te repito, te doy las gracias por invitarme. Me ha gustado mucho jugar contigo, conocerte más y aprender a tu lado (uno escribe esto, y parece que habla por boca de uno de nuestros protagonistas...). Y por supuesto que han de llegar otros. Ya vienen por el camino.
EliminarUn abrazo, Ana dinamitera.
Fantástica historia, en dos actos, escrita a cuatro manos (como tenía que ser, je je).
ResponderEliminarMis felicitaciones a ambos.
Abrazos.
Jajajaja, a cuatro manos, a cuatro pies, a cuatro labios, a cuatro ojos (en la oscuridad y a dos corazones.
EliminarGracias, Miguel, por pasarte y comentarlas.
Me encantó también esta segunda parte, bien compaginados. Cuánta sensualidad rezumáis.
ResponderEliminarUn abrazo Miguelángel, jaja pero creo que la puerte debería haberla cerrado tras el olor.
El olor era bueno, Yashira, jajajaja. Que siempre nos vamos por la puerta de atrás!!! Jajajaja.
EliminarMe alegro de que te gustara el juego de Ana y mío.
Un abrazo grande.
Historia contada en dos entregas, ambas sugerentes.
ResponderEliminarMe encantaron y los felicito.
Gracias, BB. Encantado de que estés por aquí. Siéntete en tu casa, porque lo estás.
EliminarUn abrazo
¡Qué final! Muy bueno como quedaron los dos relatos juntos.
ResponderEliminarSaludos
Te gustaron, Lucas? Aquel que hicimos nosotros entre seis, EL DELITO, también quedó fantástico.
EliminarGracias por comentar, amigo.
Un abrazo.
Pues muy logrados ambos, felicidades dobles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues muchas gracias, Yolanda. Single, pero contundentes. Supongo que Ana te habrá dado las suyas.
EliminarUn abrazo, ReCompañera.
Me ha encantado, qué gusto leer cosas así. El primero por sí solo hubiera sido suficiente, pero te dejaba el regusto de la espera. Aquí ocurre lo que quería que ocurriera, que se volvieran a encontrar.
ResponderEliminarMaría Cañal B. o www.mystoriesproject.blogspot.com
Bienvenida, María. Qué bien que hayas disfrutado con nuestra locura. Eso sí, creo que se encuentran, pero no del todo.
EliminarMe pasaré por tu blog, por supuesto.
Saludos
Me ha gustado mucho la primera parte, pero la segunda no se queda atrás. Ese final es sublime.
ResponderEliminarMe alegra volver a leerte.
Besicos muchos.
Hola, Nani. Qué de días. Has visto la que hemos liado? Es que con Ana es fácil. Es un torbellino esta moza.
EliminarGracias por pasarte de nuevo.
Un abrazo de los buenos.
Llego, directamente, de la casa de Anita y tu "continuación" me parece tan genial -pero mucho más triste- como su "primera parte".
ResponderEliminarEs lo que tiene cuando mezclas pólvora y fuego. Explosión. ¡Qué buenos sois los dos!
Un abrazo,
Jajaja, me gusta lo de "pólvora y fuego". Ya digo, con Ana es fácil explotar, lo difícil es permanecer ignífugo a su lado...
EliminarMuchas gracias, Pedro.
Un gran abrazo.
Una segunda parte muy pero que muuuy chula. Lo del aroma guardado en los pliegues es poético, sensual y perfecto para este relato en el que casi adivino el olor de ese desconocido.
ResponderEliminarAbres la puerta y sales ¡pues qué pena!. ¿No hay tercera parte? jaja... no creo que no, que así está fenomenal.
Un abrazo y a seguir escribiendo a cuatro manos, a tres, a dos o a una (con los pies es dificil).
Laura, sí, a mí también me gusta mucho esa idea.
EliminarYo te emplazo a que escribas esa tercera parte, Laura. Supongo que a Ana también le encantaría.
Lo ideal es saber escribir con todo el cuerpo, como los grandes.
Un abrazo que no te quepa, Laura (hoy no te lo separo, no viene a cuento)
Vengo de casa de Doña Ana de leer la primera parte, una osadía por tu parte querer continuar aquella historia, pero bueno, no lo has hecho mal, que digo, lo has hecho genial, ¿y sabes por qué?, por tu final, por ese no quedarse de la joven, por ese preferir viviendo con el recuerdo que dar la oportunidad a un desengaño. Como a Ana, te recomiendo la lectura de "El beso", Chéjov. Un beso, teatrero.
ResponderEliminarLa osadía fue seguir a Ana, simplemente. Aunque sí, creo que no casan mal del todo. Y me lo pasé genial en todo el proceso, Ana, además de ser la escritora que es, es muy, muy divertida.
EliminarMe apunto lo de El Beso, Ximens. Y te envío otro.