El mismito día que me compraron las zapatillas veloces, se
perdió Jacinto. Fue cuando vi luego a papá con la caja de mis deportivas irse para la higuera. Allí se
arrodillo y se puso a escarbar. Asustado fui hasta mi armario casi llorando,
pero sin correr porque no las llevaba puestas. Lo abrí y allí estaban. Entonces,
me las puse y me dormí con ellas.
Luego se me olvido hasta un día que no. Ese día, como no, me acordé
de la caja. Así que, fui a la
higuera, rebusqué donde la tierra removida y la encontré. Recubiertita de polvo
marrón. Claro, como no llueve, del roce la vida se desgasta así, dice el
abuelo. La destapé. Estaba llena de gusanitos iguales, que se movían como si
brillaran. O como si respiraran con un ruido de moscardones. Seguramente pensaban
dármelos si seguía llorando por Jacinto. Por si tenían hambre o frío,
pobrecillos, metí la caja bajo mi cama.
Primero les echaba morera; ahora, carne y cosas así, que les
gusta más. Ya hay casi un millón y como no caben, algunos granujillas se suben
por mi cama, donde muchas veces sueño con que vuelve Jacinto. Y anoche lo oí
maullar.
Relato presentado en el mes de agosto al concurso mensual de Esta Noche Te Cuento, cuyo tema era "Los Insectos". En esta ocasión este mío resultó MENCIONADO, junto a otros seis. Pincha AQUÍ, para tener acceso al resto de mencionados y a los seleccionados, que fueron tres.
El dibujo es un fragmento de la ilustración que EVA GARCÍA realizó para ese mes.
Jacinto creo que ha vuelto con más fuerza que nunca.
ResponderEliminarFelicidades por la mención de tu relato.
Abrazos
María Estévez
Mira, me alegro de haber venido a tu blog. En Esta noche te cuento, me entra vértigo cuando veo tantos micros juntos y al final casi no leo ninguno. Me ha gustado mucho tu texto. Tiene esa sensibilidad tuya con la que a pesar de todo bordas las tristezas o las atrocidades. Me alegro que volviera Jacinto.
ResponderEliminarUn abrazo
Esas cosas pasan con los padres que les ocultan la verdad a los chicos.
ResponderEliminarMe quedo con las expresiones tan infantiles, tan de todos, tan de siempre que configuran el texto. La muerte y sus secretos.
ResponderEliminarSaludotes ajacintados
Tierno relato sobre las mascotas, que tanta compañía nos hacen.
ResponderEliminarAbrazos cálidos.
Que sí, que sí, que a pesar de todo el relato es bueno, y la mención merecida.
ResponderEliminarLo que me hace pensar es si será un final feliz.
Saludos.
El texto me ha hecho recordar el gran abismo que separa el mundo de los adultos del mundo de los niños. Pobre Jacinto, no somos nada. Merecida mención. Un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarBendita inocencia. Pobre Jacinto.
ResponderEliminarBesos.
Ainsx!
ResponderEliminarMe encantó eso de desgastarse la vida en polvo, los abuelos si que saben.
Enhorabuena por la mención Miguel Ángel.
Abrazos.
Es que en la infancia damos importancia a lo más simple, como tiene que ser.
ResponderEliminarYo te hubiese dado un premio por lo ingenioso, fantasioso y descriptivo del relato.
Besos de gofio.