En casa estoy de obras. Casi no tengo dónde apoyar el ordenador. Así, voy a tener que disminuir mi actividad bloguera temporalmente. Durante este periodo (que será unas semanas, un mes, dos meses... Empecé un día y acabaré otro, eso sí lo sé), publicaré sólo los fines de semana. Y en los ratos sueltos que la reformas me permitan, de lunes a viernes, me dedicaré a visitar las casa de mis amigos blogueros y a contestar a aquellos que me comentan. O sea, que el contacto no lo voy a perder, que a mí cuatro ladrillos y un bote de pintura no me quitan las ganas de leer, escribir, compartir; vamos, de vivir.
Estoy aquí, eh, ya mismo vengo, que voy a pincharme y ahora vuelvo (que decía una tía mía).
Pues aquí te esperamos. Pero no olvides que las libretas son fáciles de apoyar, y una obra puede dar para mucho, mira tú los puentes.
ResponderEliminarQue los colores sean bonitos y los ladrillos firmes.
Besote.
Y yo que comencé a leer y pensaba que te habría regalado la inspiración, con un protagonista del tipo "pobre tío con la casa en obras".
ResponderEliminarTomate el tiempo que los albañiles digan, Don Miguelángel, que los adictos a tus letras volveremos en cuanto publiques.
Un abrazo,
¡Esa actitud me agrada! ¡Saludos!
ResponderEliminarDon Flores, ¿sabes dónde te has metido? Una reforma se sabe cuando se empieza pero nunca cuando se acaba.
ResponderEliminarQue sea leve y todo quede como estaba previsto.
Un abrazo y aquí estaremos esperando nuevos relatos tuyos.
Ánimo! (lo vas a necesitar).
ResponderEliminarSaludos y hasta pronto.
Me ha encantado el "voy a pincharme y ahora vuelvo". Es absolutamente genial, lo cual no se puede decir de unos obras, no, lo cierto es que no.
ResponderEliminarMaldita sea Miguelángel, ¿te has convertido tú mismo en tu propio Miquel Aubet (El vecino de abajo)?
ResponderEliminarSólo espero que no acabes igual.
PD: En casa tienes un sofá para pedir asilo político temporal.
Abrazos
Vaya si te entiendo!! Yo me acabo de mudar a un piso casi vacío, que huele a pintura y hay que dormir con las ventanas abiertas aunque te quedes helado... y todavía no me han trasladado el adsl, así que estoy gastándome el internet del móvil, que va lentísimo...
ResponderEliminarHay que tener paciencia. Luego, a disfrutar. Un fuerte abrazo.
Miguelángel, que las reformas las carga el diablo. Dios me libre a mí de una obra. Cuidado con los "satélites", que empiezan a sanear y no tienen medida. Te echaremos de menos. Un saludo.
ResponderEliminarSeguro que entre tanto caos encuentras historias para contarnos a tu regreso. Así lo esperamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
No te preocupes que estaremos esperándote cafetito en mano. Y mucho ánimo, que los hombre de azul -y no hablo de los pitufos sino de los albañiles- desesperan a cualquiera, siempre encuentran algo más que hacer que antes parecía estar bien.
ResponderEliminarBesos
Pues que Dios reparta suerte, porque las reformas tienen otra dimensión en el tiempo... Pero igual hasta te obligan a buscar recursos distintos, nuevos modos, vete a saber. Todo ocurre por algo. Y aquí estaremos, esperándote.
ResponderEliminarBesos
Tranquilidad y buenas lecturas. Bien bonita que vas a dejar tu casa. Luego, si te quedan ganas, te pasas por la mía.
ResponderEliminarPar de abrazos.
Estás en construcción?? espero sea leve...
ResponderEliminarEsperaremos ansiosos tu vuelta. Tus visitas cuando quieras, ya sabes donde encontrarnos para lo que sea menester.
Un abrazo!
Y los que podamos iremos como los jubilados a mirar tus obras y comentarlas. Las del ladrillo y las del lápiz.
ResponderEliminarUn besito
Míguel..... yo tengo un par de ideas sobre las que podrías escribir..... jejeje
ResponderEliminarGracias Antonia, Pedro,Isidró (cuánto tiempo), Don Jarque, Delia,Luísa (qué bien verte por aquí), Xesc (campeón, ahora voy), Sara, Mar, MJ, Maite, Susana,Lola, Mónica, Anónimo (me suenas, puede ser?) y Crismoon. Gracias a todos por vuestros ánimos y apoyo en este periodo albañil de mi vida. La verdad, alguno/a me habeís acojonao un poquillo, pareciera que me fuera a hacer un exorcismo. pero bueno, la cosa va bien. Ya veremos cómo acaba. Un abrazo sin medidas. Y me voy a visitar alguna de vuestras casas.
ResponderEliminarEsperaremos con gusto que se te normalice la situación;
ResponderEliminarcomo nos gusta escribir y leer sacamos siempre tiempo de dónde sea.
Recibe mis saludos.
Miguel Angel, alma cándida de Dios, querubín de la ingenuidad, ¿obras?, esos albañiles son de otra especie, tiene mas salidas que Xesc.
ResponderEliminarBusca una pensión, la casa de un amigo, un ciber, ¿cómo nos vas a dejar sin tus textos?.
La vida de un hombre tiene un punto de inflexión, un cambio, un giro: antes y después de las obras.
Si puedes encomiéndate a Dios, y también al Diablo.
Un abrazo
PD. Entiendo que no sepas que hacer con el micro de Xesc, yo tampoco, pero inventarte eso de las obras...
Anna, es como dices, se van sacando
ResponderEliminarmomentillos, pero siempre robándolos de la obligación del momento.
Xavier, fíjate que cuando he visto tu comentario he buscado lo de Xesc, no lo había ni visto. Había leído por encima el segundo mail, pero no el primero.
Y dices del Diablo, si está parando una temporadita en casa... Creo que saldré vivo.
Abrazos a los dos.