![]() |
| Foto propia |
Esta fue mi propuesta la pasada semana para ReC. En negrita...
![]() |
| Foto propia |
Esto es un sueño, aviso. No quiero engañar a nadie en la última frase. Es de noche, pero una noche con colores de día, y voy subido en una tórtola gigante, o algo parecido. Me dirijo volando a un montículo alargado que me suena a Montserrat. Por dentro está habitado como alguno de esos pueblos de las Alpujarras granadinas, y sale luz por sus ventanas. Al fondo hay dos lunas. Sé, porque en los sueños todo se sabe, que una es la de los enamorados; la otra, la del sesenta y nueve. Todo el cielo está estrellado, como el fondo de papel de mi belén de niño, al que le pegaba trocitos de la plata del chocolate. Llevo puesta una capa que me sigue, como una raya marina, pero sin agua. Y tengo una misión: salvar a una profe que tuve de mates, con gafas, y de la que todo el mundo se reía. Yo el primero. Ahora la quiero liberar a toda costa. No sé de qué, porque en lo sueños se sabe todo, pero no si es prescindible, pero he de hacerlo. Porque con ella siento que rescato a todos los feos. A todos los repudiados, a los débiles, a los marginados. A los pobres, que cada vez somos más, a los olvidados. A los que no tienen nada, y sólo tienen sueños. Esto último, tan poético, lo he debido oír en algún sitio, pero también vale. Y me rescato a mi mismo de todo aquello que me avergüenza en este mundo, haya sido yo, en persona, el causante o no. Esa es la sensación que me embriaga surcando el cielo estrellado sobre esa especie de gaviota blanca. Pero cuando llego allí, ya no hay montañas, ni lunas. Entre las piernas no llevo animales alados, nada más que lo que siempre tuve, y que no es lo mismo. Todo se ha ido achicando hasta desaparecer. Como si se fuera por un desagüe, el de los sueños. Donde el color relucía, ahora todo es blanco como un lienzo. Allí no quedan ni las gafas. Entonces me despierto, ya dije que estaba dormido, me acuerdo de la de mates y vuelve a importarme un comino. Y me quedo un rato mirando el techo que se ha interpuesto entre mí y el cielo, pensando con mi brazo bajo la nuca, en lo efímera que es la vida de los sueños. Ahí es cuando mi mujer se gira, me pregunta que en qué pienso tan temprano. Y le digo que no recuerdo dónde dejé la noche anterior el coche aparcado. Prefiero no inquietarla con lo de que los sueños no duran nada. ![]() |
| Foto casera |
Esta es mi aportación a la 1ª jornada de la PRIMAVERA DE MICRORRELATOS INDIGNADOS, que tendrá lugar el primer jueves de los tres próximos meses. La iniciativa corrió a cargo de Miguel Torija de LA COLINA NARANJA (http://lacolinanaranja.blogspot.com/) y de Rosana Alonso de EXPLORANDO LILIPUT (http://ralon0.wordpress.com/). Desde aqui, os invito a que conozcáis mejor la idea visitando sus blogs que, por lo poco que he podido ver, no tienen desperdicio. Felicidades por la iniciativa.