Micro que ha sido escogido como uno de los cuatro seleccionados del mes de mayo en Esta Noche Te Cuento, en el que el tema ha sido No hubo flores. El enlace te lleva a ver los otros Seleccionados y Mencionados. Allí me codeo con gente como Lola Sanabria, Antonia G. Lago, David Moreno, Esperanza Temprano, y otros buenísimos microrrelatistas... Un lujo, vamos. De nuevo, gracias a Juan Morán, a Xavier blanco y a todo el equipo de EntC.
sábado, 9 de junio de 2012
Aquí no yacen ellos
Flores no hubo. Ni abrazos. Ni besos, ni llantos. Sólo la espera, el
desasosiego, la muerte en pie. Una locura de coronas que no llevan nombre. Desde
entonces envidia la pena ajena. Mira resentida a las madres que lloran de
verdad, a las esposas que son viudas de alguien, a las mujeres que desmenuzan
su vida ante la certeza de que tras el mármol se descompone la carne que aman.
No hubo flores, ni adioses. No hubo cuerpos. Tras las lápidas no están los que
se llevó el agua dejándola sin nada, peor que desnuda. No hubo taxis, ni
ataúdes, sólo el barro y la riada. Los que jamás volvieron yacen bajo el lodo
seco, como tubérculos. Rodeados de loza, juguetes, de fotos y cunas, de vida
muerta. Y sobre ellos echan ahora raíces las flores que nunca tuvieron.
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Merecidísimo premio, Miguelángel. Me gusta desde ese título que lo dice todo de ese vacío que deja la muerte, y más si cabe cuando no queda un cuerpo al que llorar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Felicidades Miguel, por el premio, y sobre todo por el texto. El tema elegido para tu relato era difícil, y tenías el peligro de caer en lo recurrente, en lo de siempre. Pero consigues crear una atmosfera de ausencia que enmarca el texto, que nos lleva de la muerte a la desolación... "envidia la pena ajena", es una imagen que se nos clava, paradójica, y esos muertos como tubérculos...
ResponderEliminarSeguro que al final del concurso ese libro será una maravillosa colección de relatos.
Un abrazo.
¿Miguel? no vamos a permitir que con esto de la crisis nos recorten el nombre.
ResponderEliminarUn abrazo amigo MIGUEL ANGEL.
Enhorabuena! El texto es claramente tuyo. Reconozco en él esa suavidad con las que expresas las cosas profundas de la vida.
ResponderEliminarFelicidades
Realmente, Sara, es una imagen que guardo de mi niñez, de una señora que lloraba ante unas lápidas vacías.
EliminarGracias por tus palabras, Xavi. Me alegro mucho que apreciaras esa atmósfera de soledad. Y del nombre, por supuesto, XavierBlanco.
Jo, eso de que me reconozcas en un texto mío me hace... ay.
Gracias a los tres. Y tres abrazos.
Miguelángel, en la primera frase ya lo marcas: le das la vuelta a la estructura formal: "Flores no hubo". Y, marcado así, el relato desarrolla ese estigma original. Todo engancha al lector, porque todo es contradictorio: coronas que no llevan nombre; muerte en pie; envidia de pena ajena, de las madres que lloran de verdad... ¿Qué está pasando? ¿Por qué el personaje desea lo indeseable?
ResponderEliminarEntonces vuelve el corte central del relato, el misterio de las flores: "No hubo flores, ni adioses. No hubo cuerpos". ya estamos preparados para recibir la información, para aceptar toda la historia, porque ya sabemos cómo se siente la protagonista, porque ya nos ha contagiodo su estado de ánimo. Y claudicamos ante el escritor.
Enhorabuena, Miguelángel, un relato para un buen libro, seguro.
Un beso.
Duro recreo en la desolación de una desastre Miguelángel.
ResponderEliminarPor otro lado, un texto impresionante que destaca por la capacidad de sensibilización al lector.
Enhorabuena, te salió bordado.
Un abrazo
Me sumo a lo comentado y te felicito por este texto que muestra de forma contundente, intensos sentimientos.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Petra, menuda crónica. Qué maravilla. Te lo agradezco, que expreses lo que te gusta y que lo hagas de esta manera. Gracias por tu tiempo.
EliminarEnmascarado, gracias. Creo que es un tema que toca a cualquiera.
Yolanda, gracias por pasarte y comentar.
Tres abrazos.
Merecidísima elección a manos del jurado, parte del cual, que se presta a comentarte dejándote sus impresiones...¡qué suerte Miguel Angel!, ¡un trocito de jurado en tu blog!.
ResponderEliminarA mí me ha encantado, como la mayoría de tus textos, ante los que me descubro (en el sentido metafórico de la palabra, claro) ;)
Ay....y esa última frase que parece el comienzo de una cadena: Y sobre ellos echan ahora raíces las flores que nunca tuvieron.
Me gusta, miguel Angel, y me alegro mucho de que formes parte de ese libro.
Un besote.
Te lo mereces, has escrito un micro estupendo, de esos que dejan huella. Felicidades
ResponderEliminarBesarabrazos.
Don Flores, como no en este concurso que hablaba de flores tú tenías que hacer bueno tu apellido y triunfar. Me alegro mucho que así haya sido.
ResponderEliminarTu relato muestra la desgarradora realidad que deja una tromba de agua y sus consecuencias. Contra la naturaleza aún no podemos luchar de igual a igual.
¡Enhorabuena por la mención! Disfruta de ella.
Un abrazo, Don.
Es verdad, Laura. ¿Has visto cuánto honor?, se me había pasado.
EliminarEn breve estarás tú también, y será... el cuarto que compartimos?
Gracias, Paloma, eres muy generosa, además de abracera... Jajaj
Gracias, Don. Qué abandonao te tengo. A quién se le ocurriría hacer los días de veinticuatro horas?, a quién?
Dos abrazos y un...
Enhorabuena, un micro potente.
ResponderEliminarUn honor compartir libro desde este mes de las no-flores.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Este es un micro de clima denso, espeso como un baño de escayola, que transmite la desazón desde la primera frase y está escrito con tanta maestría que el lector sufre a medida que lee.
ResponderEliminarUn lenguaje medido, preciso; un péndulo narrativo que se mueve al tempo de unas campanas que doblan a difunto. El tono perfectamente ajustado a la sensibilidad a la que apunta.
En una palabra, formidable, Miguelángel.
Es un placer venir a leerte.
Un abrazo,
Me gusta tu texto, mucho, como muchos otros y en este caso me gustan también y muy especialmente los comentarios, muy acertados, expresando más y mejor cualquier cosa que yo pueda añadir ahora.
ResponderEliminarFelicidades, bien merecidas, no cabe duda.
Qué bien, David, yo en tu libro!!! El honor es mío. Yo ahí codeándome contigo, con Sara, con Xavier...
EliminarJo, Pedro, me he tenido que volver a leer mi relato. Casi me gusta más lo que tú dices de él. Qué maravilla. El placer es tener lectores como tú. Gracias, Pedro.
Estoy contigo, Luisa, me encantan los comentarios. Todos. Este tuyo, lo mismo.
Tres abrazazos.
Los olvidados.. Felicidades por éste estupendo micro
ResponderEliminarun abrazo
Ya me gustó mucho cuando lo leí en la página. Es fantástico cómo pintas la desolación de quien no tiene a sus muertos en sitio donde llorarlos.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Triple de abrazos.
Pues como te lo merecías, lo tienes, disfrútalo como pediste. No será el único que consiga algún premio, estoy segura. Vamos a tener que tirar de diccionarios, y palabrejas ininteligibles, de esas que nadie entiende, para competir. Muchas gracias por mencionarme, solo una cosa: es García Lago. Un beso.
ResponderEliminarAntonia
Aniiagua, gracias por tu visita. Y por tu comentario.
EliminarLola, gracias muchas por tus palabras. Sabes cómo las aprecio.
Antonia, ahora mismo lo corrijo. Corregido. Sí, sí, por lo visto toca tirar de diccionario, jajaja
Un abrazo para cada una.
Un placer venir a leer textos tan bellos y cuidados como éste.
ResponderEliminarFelicidades por la mención.
Abrazos cálidos.
ENHORABUENA!
ResponderEliminarMe gusta la introducción, el ritmo y el desenlace.
Me gusta como lo dices.
Me gusta como lo cuentas.
Me gusta como le das la vuelta a las historias, a la vida.
Me hipnotizas! thanks!
Enhorabuena, un reconocimiento con todas las de la ley. Tienes una maravillosa capacidad de evocación, pintas ambientes como si estuviéramos dentro. Hechiza.
ResponderEliminarAbrazos
Un placer es tenerte en casa, MJ. De verdad.
EliminarMónica, pues son 60 euros, acepto cheques. Es broma (claro, no iba a ser en serio). Me miras con ojos maravillosos, y a mí, pues me encanta, ya sabes.
Jo, Susana, eres la tercera de esta ronda de tres mujeres a las que me siento muy vinculado. Gracias por lo que me atribuyes.
Tres abrazos para enmarcarlos.
Estruendo y silencio. Las dos cosas percibo. Casi a la vez. Agua arrollando la vida, arrasando en silencio ¿un pueblo entero?, y ruido de muerte en esa ausencia de cuerpos, de flores.
ResponderEliminarAdemás, como dice Xavier, hay imágenes pintadas con palabras que resultan magníficas.
Felicidades crack.
Abrazos company tercero
Enhorabuena, fantástico micro lleno de contrastes. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLlego tarde, aunque creo haberte comentado ya en el otro blog... el del bosque.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. La muerte en pie... por un momento pensaba que hablabas de esas fosas comunes de los desaparecidos durante la guerra, y creo que también hubiera sido un buen transfondo... Pero lo de la riada, también me gusta. Felicidades por el premio... ¿tengo un déjà vu de esos? Es que siempre que vengo a tu casa es para felicitarte por un premio...
Un abrazo.
Xesc, que bien lo describes, silencio y estruendo. Sí, así me suena a mí también.
EliminarMaite, cuánto tiempo. Me alegro de tenerte en casa y de que te gustara.
Adulador, eso se lo dirás a todos... Lo de las fosas, Fernando, es un tema que me atrae también.
Abrazos, companys y companya.
Migueángel, enhorabuena. Merecido finalista, tu texto era excelente, cuidado y bien escrito, sin emotividad añadida, con imágenes muy bellas. Ya estás en ese libro, que intuyo, será una verdadera joya por la calidad de los microrrelatistas que estan apareciendo. Un abrazo.
ResponderEliminarFelicidades Miguel Ángel, me gustó tu relato. La ausencia de flores con la que abres y cierras es un baúl en donde sabiamente has guardado las penas no cerradas que envidian aquellas otras con final -aunque igualmente trágico. Ese adiós que siempre nos faltará en la memoria.
ResponderEliminarUn abrazo
Feliciades Miguelángel. Precioso, emotivo y muy evocador. No tengo palabras para expresar lo mucho que me gusta, la manera en que tus palabras crean imágenes en mi interior.
ResponderEliminarBesitos
Mar, si no recuerdo mal, el libro lo comparto contigo, es posible? Bueno, si no es así, lo será en breve.
EliminarBaúl donde guardas penas, me encanta esa expresión, Arte Pun. Gracias
Ya lo has hecho, Ely, ya lo has hecho. Ah, y gracias por la dedicatoria.
Abrazos para tres.
Buf! con el corazón oprimido me ha dejado tu relato. Conmovedora esa muerte en pie, la visualizas y te rompe la mirada.
ResponderEliminarSaludosss!!
Lo siento, Gloria. Aunque eso es bueno, ahora que lo pienso, por mi parte digo. Qué bueno que resalte esa imagen, es lo que quise transmitir.
EliminarUn abrazo
Enhorabuena Miguelángel!!! LA soledad cae a plomo en este texto al igual que el vacío de una vida que no es nada sin gente a la que importar o que nos quiera...
ResponderEliminarBesos
En este caso es a la que llorar, que no es poco, Sigrid.
EliminarUn abrazo.
Enhorabuena Miguelángel!!! Un texto rotundo en su tristeza.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Enhorabuena, Me ha llegado al alma este relato sobre vidas muertas, sobre muertos que faltan dos veces: como vivos y como muertos.
ResponderEliminarUn abrazo