De izq. a der.: servidor, Mònica, Arantza, Mar, David, Yolanda, Rafael, Nacho e Iñigo. |
El pasado lunes por la mañana al coger la llave para salir de casa, lo
hice ya sin ser posible futuro ganador de Relatos en Cadena de la temporada, después de nueve meses en los
que lo fui. Nueve meses en los que la vida me pareció que se finiquitaba y
comenzaría de nuevo justo en ese punto. Nueve meses, lo mismo que un embarazo,
embarazo que en esta ocasión resultó ser utópico. Nueve. Y de pronto, en ese
instante que cojo las llaves comienzo a ver el mundo, el mío, sin serlo. Y lo
mismo que en una pseudociesis, pero literaria, he de acostumbrarme de nuevo al
antes de. Aceptar que tras el alumbramiento, no hay criatura que me llore, que
me colme de dicha, ni me empuje siquiera a invitar a los amigos a cava o cerveza
por la buena nueva.
Yo, que soñaba con SER,
tuve que conformarme con estar. Eso sí, bien rodeado, de buena gente y de
risas. De triunfadores. De Nacho Rubio,
el ganador indiscutible elegido por el jurado; de David Figueroa, triunfal arrullador; Mar Horno, también mi favorita desde el principio. Y de los otros seis:
Enrique (en voz), Íñigo, Mònica, Yolanda, Arantza y Rafael. Y luego con el respaldo de Paloma, de Ximens, de Esperanza, de Fortunata, de Fernando,
de Antonio y la Marchena. De Toni. Todos
allí. Y de toda mi familia en la distancia (de la que toca y de la que se
elige).
Que ha sido una maravillosa experiencia, no hay duda; que estar
entre los diez escogidos de entre tantos miles ha sido de lo más grande que me ha ocurrido
desde que escribo, también; que la ilusión de la que me he nutrido todos estos
meses ya no hay quien me la sustraiga por ninguna vía, no hay duda. Y sin
embargo, estoy triste. Mucho. Triste como un niño mal criado que no se conforma
con que le traigan la luna, quizá porque lo que quería era ir él a buscarla. Y
quedarse en ella. O eso, o no le encuentro La Explicación.
Uf..., me parece mucho tiempo nueve meses estando pendiente de un concurso, aunque algún aliciente tendrá cuando tantos lo siguen.
ResponderEliminarLo que más siento es tu tristeza. Pero piensa que pasará, vendrán nuevos proyectos.
Un abrazo.
Con esa exactitud tan característica de la ciencia, el que ES puede SER-lo más veces; quien se embaraza de ilusión nadie puede robarle su dicha; el que llora sabe que está vivo. Todo concurso tiene sus ganadores, y algunos concursos: diez. Los que estuvisteis allí, merecisteis la gloria, pero el glorioso ganó con una sirena. Vamos para que me entiendas, que no he dejado de creer en tí a lo largo de estos meses, y seguiré creyendo, de corazón y científicamente.
ResponderEliminarUn besote fuerte y que disfrutes de las nuevas oportunidades, porque la vida es un juego y hay que procurar disfrutarla. Abrazo pegao, de esos que tu me dices. ;)
Isabel, ya está, ya se ha disipado casi totalmente esa tristeza. Y claro, ya estoy sumido en otros proyectos que me ilusionan. A fin de cuentas a uno lo que le apasiona es escribir, no concursar.
EliminarQué bueno y bonito lo que has escrito, Laura, siguiendo la estructura de mi relato. Me encanta el cómo y lo que dices. Y por supuesto, a concurso jugado, concurso olvidado. Y estoy en ello, no lo dudes.
Dos abrazos pegaos. Y sentíos, Laura.
Bueno Miguelángel es normal que estés triste, en el fondo todos somos como niños a los que le enseñan la piruleta y luego se la quitan. La razón del SER mayor y pensar con coherencia, es la que luego hace que puedas disfrutar de la compañia y del consuelo de saber que podrás seguir haciendo lo que te gusta y disfrutar de lo que escribes, para de nuevo perseguir la luna, porque eso tenemos aque hacerlo hasta el final. ¡Que no falte la ilusión de perseguir los sueños!
ResponderEliminarMuchas felicidades por haber estado ahí, ese embarazo es tuyo también y aunque creas que no has parido una criatura, yo te aseguro que si lo has hecho, todos lo haceis y los que os vemos al otro lado, sabemos que las letras que parís son el futo que a todos nos llenan de ilusión y aprendizaje. Por eso desde aquí, te doy y os doy las gracias a todos.
Besicos muchos.
Me gusta tu sinceridad pero no tu tristeza sentida por estas razones. Eres bueno escribiendo (para mi todo un maestro) y vendrán más ocasiones que este traído y llevado RAC, que a veces parece trastocado, a mi manera de ver, en la elección de los relatos ganadores.
ResponderEliminarPuesto que ha sido como un embarazo psicológico, vuelve a la carga, a ver si gestas de verdad el soñado éxito de REC durante la próxima temporada.
Recibe un abrazo psíquico, químico y físico el día que se tercie y sobre todo de corazón.
Pues sí, Nani, uno tiene que vivir siempre con ilusión, y buscas siempre una luna que te enamore. De hecho, yo ya estoy de una falta...
EliminarAnna, cuando uno participa en concursos, tiene que acatar siempre las normas y al jurado. Así debe ser, y así hago yo. ¿Triste? Lo estuve. Pero ya está. Hay otros motivos reales para estarlo y también para ser feliz.
Gracias a las dos por vuestras palabras. Dos abrazos como soles.
Me encanta ese niño malcriado que quiere ir en busca de la luna. No dejes de soñar y perseguir los sueños. Tener la luna, SER, es importante pero viajar a por ella, estar, es en si mismo un sueño.
ResponderEliminarUn abrazo!
Probablemente la luna estaba en su fase nueva. La llena está por venir, aunque sea impuntual.
ResponderEliminarAbrazotes de yo me subo, salao
Me encanta cómo lo has resumido, Mar. Eso es. No debería quejarme con el viaje que me ha pegado, y habiendo visto la tierra desde allí. Se acabó. Ahora mismo enciendo la luz y pongo el Paquito Chocolatero.
EliminarJajaja, sí, Manuel, será eso. Pos aquí me quedo a a ver si viene, yo por la luna espero el tiempo que haga falta. Y sin dejar de mirar, no sea que venga y yo no esté, o no la vea... (Qué bueno, de yo me subo!!).
Abrazazos, que son más gordos. Para dos.
Don Flores, eres un ganador y lo sabes. Si no ha sido este año y continuas participando en el concurso, será de justicia que te lo acabes llevando. En mi quiniela estabas bien colocado, pero...yo no miembro del jurado ni nada, pero si te doy la enhorabuena por haber estado allí, por ilusionarnos y por compartir tus creaciones con nosotros: se disfruta y se aprende.
ResponderEliminarContinúa así, campeón.
Un abrazo fuerte, Don.
Miguelángel, tú ya eres un ganador, nos has ganado a todos, todos tenemos el corazoncito enganchado a tus relatos, no estés triste, recuerda que las lágrimas por no alcanzar la luna no te dejarán ver las estrellas maravillosas que te rodean ;).
ResponderEliminarUn abrazo grande y sigue ahí, que tú puedes SER.
Si continúo participando y lo hacemos todos, puede ganar cualquiera, hay mucho nivel. Y no sólo en ese concurso, se ha propagado por todas partes el buen hacer.
EliminarSí, sí, así es, Yashira. A por las estrellas. Ya digo, se acabó. Ahora a embarazarme de nuevo, si será por proyectos!!!!
Gracias. Un abrazo gordo, Don, Maribel.
Venga, venga ¡¡Fuera esa tristeza!!
ResponderEliminar¿Qué es un relato ganador? El que ha conseguido sobrevivir al olvido, ese es el ganador. Tu relato se ha quedado grabado en mi memoria y en la de la mayor parte de los que lo han leído. ¿Todavía dudas que has ganado?
Un abrazote,
El año que viene, más, así no pierdes la ilusión y nosotros no perdemos la de seguirte leyendo. Ánimo, campeón. Anda resulta que lo que colocó Puck era un trocito de tu entrada y yo creí que era un nano. Eres un artista.
ResponderEliminarEsperanza, me has arrancado una sonrisa. Gracias, por verlo así y mostrármelo. Qué bien estar en tu memoria, Esperanza. No más tristeza. Además, con la de penas que hay de verdad!! Se acabó, chimpún!!
EliminarMira, sólo por verte de nuevo aquí, Elisa, ya merece un poco más la pena el haber perdido.
Un abrazo con mucho cariño a las dos.
Lo importante del viaje es lo que se aprende durante el camino, no la meta. Te entiendo porque de ilusiones también vivo, pero precisamente por eso me consta que, una vez llegan el reposo y la distancia, uno descubre que no sólo algo le queda, sino que generalmente lo que queda es más importante que lo que deseó.
ResponderEliminarTe emplazo a volver a hablar de esto en retrospectiva, dentro de tan sólo un año.
De verdad. Ya lo verás.
Abrazos.
Borrón y cuenta nueva, Sr Flores.
ResponderEliminarAl macuto los recuerdos para cuando los necesites y a seguir poniendo escalones en la escalera de la luna.
Un abrazo.
Qué bien lo explicas, Susana. Y seguramente tienes razón. Uno a veces aprende sin darse cuenta de que lo hace. Incluso está siendo feliz también sin apreciarlo, es con el paso del tiempo que uno lo nota. Hablaremos de ello en un año.
EliminarAhí, las dao!!! Borrón y cuenta nueva. Que por cierto, tu ya has empezado a sumar, campeón. Si es que, qué grande es esta Simbomba sin pretenderlo!!!
Abrazos gran reserva para los dos.
Miguelángel, comprendo perfectamente todo lo que expresas, pero visto desde la distancia es tanto el logro, que esos nueve meses de inmensa dicha son ya en si un tesoro. Con el tiempo la tristeza dará paso a la nostalgia de aquello tan grande que te ocurrió. Eres un hombre de lunas, y ya a muchas has llegado. Un hombre afortunado. Te mando un beso grande, compañero.
ResponderEliminarMe ha gustado tu sinceridad, Miguel Ángel. Cuando uno se presenta a un concurso, lo hace con la intención de ganar, si no, no se presentaría. Si está como finalista, aspira a ser el que triunfe (y sobre todo llevarse la pasta gansa), así que aplaudo tu honradez cuando dices que estás triste, otra cosa sería hipocresía.
ResponderEliminarYo apostaba por ti, ya lo sabes, tu relato convocaba historias. También me gustaba mucho el de David porque la potencia de la imagen del relato llegaba cargada con más hisotorias. El de Mar provocaba ternura..., pero la decisión (como debería ser siempre), estuvo en manos de un jurado. Y eligió otro relato.
En fin que te mando un puñado de besos como bálsamo para que sientas menos el escozor.
Sí, como digo, Marta, la ilusión vivida ya no hay Dios, ni Rajoy, que me la quite. Toda mía.
EliminarMe gusta mucho lo de hombre de lunas. Me lo guardo como un regalo, compañera.
Lola, tu apuesta por mi relato es ya otro regalo que me hace este concurso, y que me mengua, sin duda, las tristeza una jartá. Te lo digo también sinceramente.
Un abrazo como una plaza de toros.
Enhorabuena por estar ahí, por tu micro, por tu sinceridad, por cómo escribes...
ResponderEliminarYo ya me desnudé en mi blog, sigo pensando que el micro ganador (no su autor, valoro textos) no debería haber sido ese. Y cuando la sorpresa es para tanta gente no entiendo qué extraños argumentos tiene un jurado. Sólo su subjetividad. Y no me vale. O sí claro, a la fuerza. La misma que tengo para opinar y no cambiar nada.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Eres escritor? Te pregunté cuando supe que habías hecho una obra de teatro. Y tú también, me contestaste. Y mi hiciste un regalo estupendo con esa respuesta. Sabes lo que opino de tu explicación, pero te aseguro que es totalmente lícito todo lo que sientes. Piensa que tu eres capaz de parir otra genialidad. Te lo digo de corazón, ya que no hay explicación científica para el talento
ResponderEliminarYa te leí, David. Gracias por tu despelote. Eres muy valiente, no hay duda. Pero creo que los concursos son así. Y uno, cuando concursa sabe a qué se atiene. Puede pasar de todo y, o intentas hacerte inmune, o dejas de concursar. Lo otro sería sufrir, y qué pego!!!
EliminarClaro, el chaparrón y el resfriado que me ha dejado luego es totalmente lícito. Y me he permitido guardar cama y todo. Por supuesto. Y con todo el derecho.
Qué bueno, Arantza, cómo juegas con mis palabras. Gracias, escritora.
Abrazos, uno por estrenar.
Todos creemos entenderte, todos y ninguno. Pues mi alegría cuando gano, cuando sonrío o mi tristeza y mi desilusión cuando pierdo, no son las tuyas... aunque se les parezcan. Nueve meses son demasiados meses construyendo sueños.
ResponderEliminarAl conocerte un poco (personalmente), al haber escuchado tus pensamientos, tus opiniones dibujando tu personalidad entre frase y frase... todo lo que acabo de leer me sabe a sinceridad, a tristeza, a desilusión lógica. Si no sintieras ese vacío en tu alma parturienta, no serías un escritor, ni bueno ni malo, ni finalista, ni ganador...
Pero además de un buen escritor, eres una persona muy valiente, Miguelángel. Yo creo que no hubiera podido desnudar mi corazón como tú acabas de hacer.
Un beso fuerte, fuerte (no es la primera vez que te digo que me gustas cómo eres..., no solo cómo escribes!).
Amparo
Muchas gracias, Amparo. Me llega mucho lo que dices, porque sé que también lo dices con mucha verdad. Lo he leído con detenimiento y, en serio, puedo reconocer que me conoces ya un poco "bastante". Gracias, Petra. Muchas.
EliminarUn abrazo fuerte, con beso sonoro.
Llevo un tiempo fuera y con conexiones breves y ni tiempo había tenido de pasar por aquí. Entiendo lo que has sentido porque llevas un micro muy bueno que merecía estar entre los primeros, pero al final llegarás, no se escribe así de bien por casualidad. Tendrás tu momento, ya lo verás.
ResponderEliminarMe encantó conocerte aunque me supo a poco. Hay que repetir.
Fuerte abrazo champion!
Sí, Yolanda, pero está claro que el disfrute se debe seguir esperando al escribir, no al participar en nada. Se llegue o no se llegue, la recompensa debe estar en el placer producido al escribirlo y al reconocer la gente cuánto le gusta lo que has hecho; y eso, lo he recibido con creces. Sin duda.
EliminarA ver, a ver si nos volvemos a ver, sea donde sea, Yolanda, y seguimos conociéndonos.
Un abrazo grande, guapa.
De corazón y científicamente, "La explicación" es un micro extraordinario. Pero no más que otros que has escrito y otros que escribirás en el futuro. El tiempo pone cada cosa en su lugar y le da su justo valor, pero yo creo que todas las decepciones necesitan su luto y su llanto. Y después remontada, arriba, arriba. Un beso muy grande.
ResponderEliminarQué bueno, Mar, saber que me hablas por experiencia propia...
EliminarYastá, dame, dos besos, pidamos otra cerveza y a por la siguiente batalla, ¿dónde es?
Otro de los regalos que me ha dado ReC, sin ninguna duda, ha sido conocerte un poco más, Mar. Y sentir que ahora me siento aún más hermanado que nunca contigo.
Un abrazo que no te quepa.
Ya que escribieras este relato me parece un premio, para los demás y para ti. Ojalá hubieras ganado, lo merecías, para mí entre David, Mar y tú estaba el premio, pero no pudo ser. Sin embargo, te llevas muchos premios cada día, que valen mucho más que un puñado de billetes.
ResponderEliminarYo por si vale, te dejo aquí un jartón de besos.
Me uno a las palabras de ánimo de todos los que me preceden. Y añado que te entiendo porque La Explicación estaba entre mis tres favoritos al triunfo. Como al cabo Hopkins no le daba ninguna opción de triunfo, traté de disfrutar, libre de nervios, antes, durante y después. Y así sigo.
ResponderEliminarFue un placer conocerte. Un abrazo.