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Foto propia |
Tocaba siempre en una finca abandonada, salvada de alguna expropiación.
Hasta ella se accedía con invitación exclusiva y un plano del camino. Era abogado y
saxofonista. Con las leyes defendía a violadores, asesinos y pederastas; con el
saxofón, a los grandes del jazz. Lo del derecho le costó siete años de carrera;
lo del instrumento lo consideraba una dación de la naturaleza, un regalo de
Dios. Tocando, decía, encontraba los motivos, la razón precisa para defender
con ahínco lo indefendible y no abandonar. Comprendí a qué se refería cuando de
pronto, como si alguien hubiera apretado un botón, la sala adquirió apariencia
de sueño. La música fue volviéndose sublime y las luces dieron relevancia a un
fondo que antes no había visto. Entonces, pude descubrir amordazado, sujeto por
argollas, con ojos llenos de terror, al último maltratador que él mismo había defendido
y que la justicia había dado por prófugo.
Relato seleccionado en el Concurso de Abogados de marzo. Las palabras a incluir eran:
Saxofón, Razón, Dación, Botón, Expropiación.
La música de jazz te lleva a terrenos inconfundibles...Ojalá, ojalá sea el ultimo maltratador, el último, el último,último. Ojalá que desparezcan de la faz de la tierra...
ResponderEliminarBuen relato amigo.
Ojalá, Cabopá, ojalá algún dia fuera extirpado esta especie de cancer que padece la sociedad. Ojalá.
EliminarUn abrazo grande.
¡Uf! Tremenda historia la de tu abogado el justiciero.
ResponderEliminarMe gusta cómo nos vas llevando 'a ciegas' hasta ese final inesperado y contundente.
Un abrazo.
Es que un poco yo también llegué a ciegas. De todas las veces que he participado es la que menos convencido estaba de la propuesta. Ves tú? y van y los seleccionan...
EliminarUn abrazo larguito, MJ, que te echaba de menos.
¡Enhorabuena por esa selección! Me gusta tu relato, esa doble vertiente: por el día abogado de "elementos" ypor la noche su ejecutor. La verdad es que me ha sorprendido gratamete ese final.
ResponderEliminarBesitos
Gracias, Elysa. Si es un final, creo, poco previsible. Y que no quedó mal. Que podía ser: imprevisible y un churro.
EliminarUn abrazo, Ely.
Fernando, para mí que es una buena historia, muy buena y que atrapa al principio y saca sonrisa al final. Requiere de segunda lectura para apreciar. Sin embargo ahí una frase que me paralizó: "Comprendí....cuando de pronto,.... sueño." Esa frase, me deja perplejo, en concreto ese punto final, no me dice el motivo, por eso, quizás si en vez de punto es una coma la frase siguientes me cuadran, pues es la relevancia del fondo lo que le hace comprender, es ese "cuando". O puede que no, pero vamos, que es un relato que me gusta.
ResponderEliminarAy! con el ahí, qué daño hace.
EliminarJope, perdón Miguelángel, te he llamado Fernando por culpa de ese Regalo de Fernando Martínez que anuncias. Otro día te llamaré Juanlu.
ResponderEliminarVoy contigo, Ximens.
EliminarDe entrada, no te preocupes por el lapsus, a mí me pasó un día con Sara y Laura, y no tuve excusa.
Respecto a lo del punto: Me lo he mirado y remirado, no te creas. Mi lectura es ésta: Él lo comprende en el momento que la sala adquiere apariencia de sueño. ¿Y qué le hace adquirir esa apariencia? La música que cambia y las luces. O sea, el cuando nos da la hora en este caso, no el cómo ni el porqué, que viene luego.
Espero haberme explicado para hacerme entender, Ximens. Y me gusta mucho que hagas este tipo de observaciones, señal de que entras hasta el fondo.
Un abrazo siempre.
Esa doble profesión es magnífica, por un lado libera posibles culpables y por otro notas melodiosas que calman su conciencia atormentada.
ResponderEliminarHe descubierto tus notas de saxo casualmente y cre que me quedaré por + tiempo escuchándolas, si no le importa al músico, un saludo desde Tenerife y te dejo enlace de mi blog por siquieres conocerlo.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Bienvenida, Gloria. He visitado tu casa y me parece muy intersante. Me gustan también las ideas decorativas que regalas. Prometo volver.
EliminarSaludos
Interesante punto de vista: el que hoy es tu cliente manana es tu verdugo. Vamos, como la vida misma.
ResponderEliminarAbrazos
No, Mei, más bien es: el que hoy es tu cliente, mañana es tu victima...
EliminarAbrazos.
La justicia como instrumento o un instrumento para hacer justicia. Me gusta mucho el micro, interesante, sorprendente, bien escrito... Enhorabuena por la selección. Besos.
ResponderEliminarExacto, tú lo resumes en tu primera frase, Sara. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo
Me hizo recordar a Jekyll y el señor Hyde. Es un maravilloso relato..
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, realmente tiene un poco de eso. Más o menos como todos. Bueno, aunque no todos tocamos el saxo...
EliminarUn abrazo para ti, Aniagua.
Me ha gustado mucho, mucho, Miguelángel. Me has llevado suavemente de la mano desde ese principio con música de jazz hasta el final sorprendente. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Me alegro de haberte llevado callandito hasta el final. Me alegro, Rosa.
EliminarUn abrazo.
Muy buen micro Miguel Ángel. Entiendo su selección en el concurso. espero que tengas mucha suerte... y hablando de suerte, suerte que cuelgas tus micros en el blog, si no, para leerte habría que visitar la blogosfera enterita, que te estás endiosando, que estás en todas partes!!!!
ResponderEliminarUn abrazo!
Pero qué gracioso eres. Si el que va por ahí leyendo y público y codeándose hasta con alcaldesas eres tú...
EliminarUn abrazo, company.
PD. Me gustó mucho la velada.
No puede sorprender a nadie que este relato haya sido seleccionado, Miguelángel, porque es una joya. No sólo encjas -magistralmente- el grupo de palabras -siempre tan dispares- sino que trenzas un historia con pulso narrativo, que atrapa por la acción imperante y clava su puñalada final gracias a la acción sugerida.
ResponderEliminarLo dicho, una joya.
Un abrazo,
Jo, Pedro, qué bueno parace el texto descrito por ti. La verdad, tus visitas son como cuando venía el padrino con la mona.
EliminarUn abrazo.
Fantástico. Original. Musical. Sólo había un camino: ser seleccionado.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Gracias, David. Pues a veces el camino se bifurca y te lleva al "bueno,otravezserá".
EliminarGracias (en indio, por supuesto).
Ciertamente no es de extrañar que te lo hayan seleccionado, tiene mucho y bueno, y al tener que sacar provecho de las palabras requeridas, te han encajado perfectamente.
ResponderEliminarEl final...sorprendente.
Un abrazo.
En otras ocasiones me ha gustado más lo presentado y no lo han cogido. Mira tú. Así son los concursos.
EliminarAbrazos.
Qué bueno, es brutal: dónde podía subsanarse el conflicto entre la vileza y la purificación de esos dos caminos que aparentemente discurren paralelos, sino en aquella vieja cabaña dejada de la mano de Dios y las Leyes de los Hombres, donde la Justicia alza por su cuenta y riesgo su guillotina redentora.
ResponderEliminarAmén.
EliminarNo, en serio. Harían falta más casas de estas al margen de la ley. Condenables, por supuesto, pero precisas...
EliminarUn abrazo, Alberto, ahora sí.
¿Me estoy volviendo loca? te juro que en la ley del Sexo, digo Saxo, ya había comentado ¡cuál ha sido mi sorpresa el no encontrarme!. Jó lo siento, porque creí que ya lo había hecho hacía días.....Me gustó mucho el doblete profesional de este hombre con su arma mortífera.
ResponderEliminarFelicidades por tu selección Miguel Angel, porque estás entre los grandes microrrelatistas de abogados y de muchas más iniciativas.
Un abrazo ....¿y por qué se borró? ....umhhhhh
Que no, Laura, que no, que es que comentaste algo de La Ley Del Saxo en la entrada anterior o en la otra, o fue en FB? Ahora no recuerdo. Pero no te estás volviendo loca, tranquila.
EliminarUn abrazo fuerte, Laura.
ejem, ejem ¿los ajusticia a porrazos con el saxo o es que toca muy, muy, muy mal?
ResponderEliminarea, me lo explique!
bss. Deo
oye, que me ha gustado, eh?
Mi estupendo (y sé que valorado) comentario es pa restar "trascendencia" al asunto.
Uff!! me ha puesto los pelos de punta...es increíble
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