Cuando el agua casi rebosaba de la bañera, no me quedó más remedio que llamar al fontanero. Vino y desmontó el desagüe. En la hora que duró, fue sacando todo lo que atoraba la tubería. Lo primero fue un manojo de incertidumbres, que le hizo mirarme con extrañeza, y a mí, bajar la vista hasta mis zapatos. Seguido sacó enredos de preguntas y tristeza. Posos de indiferencia ajena. Y hasta un embrollo hecho de la vergüenza y del arrepentimiento de no sumarme a aquella huelga que no iba conmigo. Encontró una arandela de miedo, que me vino como anillo al dedo. Y un amasijo de llanto silencioso, de orgullo herido, de pena desbordada. Sacaba mucha rabia enredada y mezclada con todo. Y cachitos de ilusión desgastada, ya transparentes, como vidrio hecho añicos. En ese momento pensé que podía tratarse del mismo desagüe por el que se iban los sueños, y sobre el que había leído en algún sitio.
El fontanero sólo habló lo necesario. Sobre todo suspiraba de tanto en tanto, mientras fue extrayendo cuanto veía. Acabado el trabajo, se negó a cobrarme. Recogió su caja de herramientas, me miró con infinita tristeza y me palmeó el hombro antes de salir. No dije nada, pero supe que su trabajo había sido en vano. Las cosas no parecen mejorar y yo me ducho a diario.
El fontanero sólo habló lo necesario. Sobre todo suspiraba de tanto en tanto, mientras fue extrayendo cuanto veía. Acabado el trabajo, se negó a cobrarme. Recogió su caja de herramientas, me miró con infinita tristeza y me palmeó el hombro antes de salir. No dije nada, pero supe que su trabajo había sido en vano. Las cosas no parecen mejorar y yo me ducho a diario.
Mi participación para esta 2ª jornada de la PRIMAVERA DE MICRORRELATOS INDIGNADOS, promovida por Miguel Torija y Rosana Alonso.
Muy bueno Miguel, muy ocurrente la imagen de la ducha. Me gustó. Yo también me ducho a diario...
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Finalmente, como casi todos/das nos duchamos a diario, los desagües se atascaran y todo saldrá a flote y entonces la indignación, la rabia, la frustación y muchas cosas más recorreran las calles como si fueran rios y, todos/das seremos participes de que algo muy grave está ocurriendo y aflorará la solidaridad, espero.
ResponderEliminarAnònima
ES buenísimo Miguel, toda una metáfora de indignación, todo lo que se va por las cañerías y nos deja con una gran insatisfacción, quizás por no hacer nada para cambiarlo..
ResponderEliminarLa solución del fontanero es magnifica, lo de no cobrar es como algo que no tiene precio, algo que no apreciamos, perdón por el juego de palabras. Las tuyas están muy, pero que muy bien colocadas...
Es de lo mejorcito que voy leyendo.
Bescos, amigo
David, pues vigila, que se emboza con lo que menos te esperas.
EliminarAnónima has dibujado una escena casi premonitoria. Y preciosa. Aunque ojalá no haya que llegar a los rios desbordados.
En el fondo creo que todo el mundo piensa que podría hacer más de lo que hace. Gracias, Cabopá. He visto cosas muy buenas por ahí.
Abrazos a los tres.
Las ilusiones y los sueños de muchos se van por el desagüe...llegarán a los ríos, al mar, y allí no pudiendo ir a ningún sitio más formarán un enorme maremoto que espero barra tanta locura e indignación...Muy bueno, si señor.
ResponderEliminarBesos indignados desde el aire
Buenísima tu aportación al indignamiento que nos asola.
ResponderEliminarAbrazos y palmadas.
Muy bueno, de lo mejor que he leído. Es lo que tienen los desagües, que cuando nos duchamos toda la porquería baja y desaparece ante nuestros ojos, queda nuestra conciencia tanquila, pero termina la cosa atascandose y rebosando. La imagen del fontanero es magnífica. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso comentario, Rosa. Ojalá así sea, o mejor que no haga falta.
EliminarHe visto indignados muy buenos por la blogosfera, Lola. Supongo que es porque lo tenemos a flor de piel.
Gracias, Mar. Me alegro mucho de que te guste tanto.
Un abrazo para las tres (pero uno para cada una, eh)
Es muy elocuente tu relato, una aproximación fiel a que ocurre en nuestras vidas. Tarde o temprano hay que llamar al fontanero.
ResponderEliminarDe esta sociedad casposa tendremos que desprendernos a base de mucho champú diario.
Cordiales saludos.
Me ha gustado mucho, Miguel, y me alegra iniciarme en tu blog un día como hoy.
ResponderEliminarUn abrazo indignado
Me parece estupendo, lleno de vida.
ResponderEliminarUn abrazo, de nuevo sí. Haz colección.
Tú lo has dicho, Juan, sociedad casposa. Y eso si que atasca los desgües y hasta las venas...
EliminarEs un placer tenerte en casa, Anita. Espero seguir contando con tu foto sonriente.
¿Cuántos habrán sido al final, Paloma? ¿No tienes agujetas en las axilas? jjajaja
Pues tres más, abrazos digo.
Don Flores, parece que todos tenemos un poco la tubería atascada, entre que nos obligan y un poco de nuestra parte, mira como nos están dejando el país. Hoy vi imágenes de Grecia y enseguida supe, que a más tardar el año que viene, nosotros estaremos igual. Parece que no habrán fontaneros para salvarnos.
ResponderEliminarPor cierto, perdona que te diga, pero repasa la primera frase, creo que sobra un de.
Un abrazo, Don.
Seduce la riqueza de las imágenes que van ganando al espectador de la escena... de la vergüenza a la tristeza en veinte líneas. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es extraordinario este cuento. Me gusta. Mi interpretación es casi la contraria de la que pueda parecer. Este hombre parece ser un mierda que se lava las manos todos los días, que me da la sensación que no hace nada por luchar. No sé. Y es cierto, solo cuando se atasca llama al fontanero, que es otra forma de decir "de lo mío qué". En fin, así nos va.
ResponderEliminarEl texto me ha parecido brillante.
Estoy de acuerdo con Ximens, esta es la interpretación que me he llevado yo y que hace que el relato sea extraordinario.
EliminarUn abrazo Miguelàngel.
Don Nicolás, lo he repasado y no, no sobra el DE. Mira, porque lo que rebosa es el liquido, y éste rebosa DE LA bañera... si fuera la bañera, ésta rebosaría DE agua. Ahora míratelo tú, Don.
EliminarGracias, Susana. Sí, esta vergüenza no tiene otro camino que la tristeza.
Pero, aunque tarde, creo que está aprendiendo la lección a marchas forzadas. Lástima que casi no quede solución.
Fernando puedes llevarte lo que quieras, sabes que tú aquí tienes barra libre. Y gracias por lo de extraordinario, suena a calidad.
Ahí van: cuatro abrazos.
Me gustó tu atasco.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy triste y muy bien contado ese atasco de alguien que no lucha o solo lo hace por las circustancias que lo rodea. Una belleza de micro plagado de muy buenas metáforas.
ResponderEliminarBesitos
Que bonito todo ese embrollo de metáforas enhebradas.
ResponderEliminarSaludos de enredo
He de decir que repasando el texto, se me perdió, no sé cómo, un NO que debía ir en "de NO sumarme a aquella huelga que no iba conmigo". Lo siento. Ahora mismito la arreglo.
ResponderEliminarHoy ya es otro día.
EliminarGracias, Arte Pun. Me alegro de ello y de verte por aquí.
Elysa, como digo más arriba, creo que todos sabemos que podríamos hacer un poco más. Y lo que no hacemos, se iría por el desagüe.
Me alegro que te guste, Mei. Un abrazo, un abrazo para los tres.
Pues la ausencia de ese NO fue la que provocó mi comentario. Creo que da la vuelta total al sentido. En fin, son cosas que pasan
EliminarPues solamente descubrió todas tus vergüenzas. Si lo miras así, es posible que nunca más se tupa tu bañera.
ResponderEliminarHas hilado una bonita obra de arte Miguelángel, por lo menos, llamaste al fontanero y no te cambiaste de bañera.
Un abrazo.
Pues lo que se atasca en mi caso es el desagüe de la cocina. No sé si es que cocino mal, o es un aviso para que compre pre cocinados y tire los envases. ;-)
ResponderEliminarMuy bien llevado,sí señor
Me quedo con la arandela de miedo y los cachitos de ilusión transparentes, y ahora que me doy cuenta es porque cosas inmateriales se transmutan en materiales. Muy visual y poético.
Mussssshas felicidades y cambia la tubería o duchate en otro sitio.
Un beso.
Gracias por participar,
ResponderEliminarMe gusta tu relato. El protagonista no tardará en volver a embozar el desagüe. Puede que llegue un día en que el fontanero se niegue a arreglarselo y se ahogue con su vergüenza.
Nos vemos en la alambrada en la última jornada.
Enmascarado, le he dado vueltas a lo de "tupa", entiendo que ha sido un error y no capto qué me quisiste decir. Pero te aviso que la bañera es del personje...
EliminarMe reí mucho con tu comentario, Antonia. Pero qué graciosa eres, jajaj. Gracias por las risas y por tus opinión, que me importa.
Miguel, allí estaré, sin duda. Aunque aún no tengo ni idea con qué.
Abrazos, tres más aquí.
He tenido una sensación de: ¡por favor, que no rebose la bañera; que no me salpique!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Saludos
Pues lo peor, Henry, es que nos acaba salpicando a todos.
EliminarGracias por pasar y comentar.
¡Miguelángel!
ResponderEliminarEs magnífico, extraordinario, fantástico. Me ha emocionado, indignado y entristecido todo a un tiempo. El mismo.
Felicidades porque es uno de los mejores indignamientos que he leído hasta la fecha. Por lo que tiene de autocrítica y de reconocer la parte de responsabilidad que tenemos todos. Todo por el desagüe en el que nos duchamos a diario, casi como una confesión eclesiástica, una bula Papal para seguir pecando a dos manos.
Bravo
PD: Llevo bastante tiempo desconectado por las vacaciones por lo que no había visto las obras. Me gusta mucho tu remodelación. Y gracias por el rinconcito.
PD2: Ya te lo habrán preguntado pero, la foto del pequeñín, ¿eres tú?
Ay, Xesc, creo que no había leído todo. Es que a veces leo furtivamente y mal en el móvil, y en mi mente lo archivo como leído.
EliminarGracias por tus palabras, amigo.
PD: Sí tenía pendiente el cambio, y pendiente colocar tu regalo.
PD2: No, no me lo han preguntado. Sí, soy yo con veinte años menos...
Abrazos, Company.
Estupendo texto este desagüe anegado de metáforas, atascado hasta el codo. Enhorabuena.
ResponderEliminarManuespada, es un gustazo, ya te lo dije en la tuya, recibirte en mi casa. Y además que te guste. Tú eres de los grandes en esto y eso es un orgullo.
EliminarUn abrazo.
Perfecto este texto, Miguel Angel...me ha encantado el trabajo fino del fontanero y sólo me faltó el rostro enrojecido de quien era desatascado.
ResponderEliminarEnhorabuena, es de lo mejorcito que voy leyendo, aunque he de decir que con este tema ...todos nos ponemos las pilas (espero no llamar al electricista por mucho tiempo).
Besos Miguel Angel.
Gracias, Laura. Yo este mes realmente he visto cosas muy buenas en casa de amigos.
EliminarUn abrazo.
Genial, me ha encantado, Miguel Ángel, cómo vas hilvanando esa retahíla poética de frustraciones y sueños rotos, para terminar con un cierre de bandera, que no deja resquicio para la duda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Odys, es muy halagador saber que te gusta algo que escribo, porque tu eso lo haces sin mirar y sin manos.
EliminarUn abrazo.
Que bonito M.A., me ha emocionado mucho. A más de uno se le debería atascar el desagüe de vez en cuando, pero para dejar de ducharse. Que se laven en el lavabo, tanto dispendio...Paly.
ResponderEliminarParece que te esté escuchando decirlo, Paly. Y tú si que eres una dispendia, más que dispendia.
EliminarUn beso grande y fuerte.
Muy bueno, si señor. ¡Vaya un rato bueno estoy echando en tu blog!
ResponderEliminarGracias