Sueños de siesta
|
Foto casera |
En las tardes que pasaba en aquella galería que daba a aquel patio, tan frondoso que los veranos entraban desarmados, fui aprendiendo a saber qué quería. Aprendí que escapar de la ley como un forajido y vivir huyendo, era un millón de veces más emocionante que quedarse a esperar. Aprendí que la siesta es la mejor hora para cazar dragones y casarte con princesas. Aprendí a meter goles entre la lavadora y las escobas con una pelota hecha de periódicos, y ante miles de espectadores. Aprendí que mientras todos dormían la siesta, yo podía soñar en la galería. Y nadie me gritaba aquello de: “deja de jugar como una machorra, niña”.
En el mismo patio, en la ventana de enfrente.
A vosotras, DALIDI, que también, como Camilo Sesto, amasteis a escondidas.
dios! yo quiero ser como tú. Debe ser maravilloso derramarse así, vaciarse diciendo cosas preciosas y quedarse tan a gusto . Ayss, siempre me das un pellizquito en el alma. Qué pena no saber expresar "bonito" a la gente que quieres que la quieres (y a veces ni de la forma más simple).
ResponderEliminarbesazo. Te quiero.
deo
Un cuento como un viaje de tres semanas. Me ha encantado.
ResponderEliminarMe quedo cerquita,
G.
Eres un mago a la hora de mostrarnos esos rincones tan íntimos, esos patios adormecidos ... esos personajes únicos, que transpiran sensibilidades hambrientas por ver la luz.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me ha gustado encontrar un rincón de lucidez en la siesta.
ResponderEliminarOtro con tu sello inconfundible. Y como ya te decía en el anterior, no es malo. Al contrario. Una vez tienen tu cara y tu alma, hayas querido o no, te será muy fácil borrarla o transformarla a voluntad.
Saludos.
Un texto con una lucidez de sentimientos asombrosa, Miguelangel.
ResponderEliminarUn personaje magníficamente perfilado, que nos lleva a empatizar con su situación.
¡Chapeau!
Un abrazo.
En la próxima siesta de los demás, voy a aprender a cazar dragones como los tuyos y casarme con príncipes encantados.
ResponderEliminarBueno, en realidad, nunca he sido de siesta, y me parecía bastante a esa niña soñadora que relatas.
Un buen micro para abandonarse en los recuerdos, Miguel Angel. Recibe un montoncito de abrazos.
Me ha gustado " tan frondoso que los veranos entraban desarmados". Bello canto a la libertad sexual de las personas.
ResponderEliminarMe gusta la idea de "soñar mientras los demás duermen", porque és en ese momento cuando puede.
ResponderEliminarOtro pedacito más.
Entrañable relato; gran momento el de la siesta de los demás para hacer "cositas"
ResponderEliminarBesos
Anònima
Me gusta el tono evocativo, las imágenes de la libertad en la niñez (yo destaco la pelota de periódicos y "ante miles de espectadores", genial) y la proyección desde el micromundo de la galería hacia el presente. Es como una inversión de planos.
ResponderEliminarEl final es un buen aldabonazo también, una campanada que invita a la relectura.
Enhorabuena, abrazos.
Decirte que nos ha gustado mucho, que nos has emocionado y que nos encanta lo que llegas a transmitir con simples palabras.
ResponderEliminarMuchas, muchas gracias.
DALIDI
deo, eso es lo que tú te piensas, que no sabes transmitirle a la gente que quieres que la quieres...
ResponderEliminarGusanito, bienvenido al blog. En cuanto pueda me paso por tu manzana-pera (o ya lo he hecho?, es igual me re-paso).
Mónica, me llega muy dentro que valores lo que dices, y que lo hagas como lo haces.
Qué interesante, Xesc, eso que dices. Una vez identificado puedes cambiarlo, o no.
Gracias, Pedro. Menudo piropazo viniendo de ti.
Pruébalo, Laura, la siesta es la mejor hora para casarse uno con quien quiera y como quiera.
Abrazos (rápidos pero apretaos)
Gracias, Ximens. Sí eso pretendía. Y un homenaje para aquellos que debían soñar a escondidas.
ResponderEliminarMe gustaba, Fernando, marcar la diferencia entre los que duermen y la que sueña. No siempre coincide.
Tú lo has dicho, Anónima. Todos hemos utilizado esas siestas adultas para nuestra curiosidad infantil.
Gracias, Susana. Menuda apreciación. En el presente relata lo que ocurría en el pasado mirando a su futuro. Jo, qué juguillo.
DALIDI, me alegro que os haya llegado. Esa es buena señal. Supongo que también habréis reconocido la foto...
En realidad lo de cortar el pelo fue una excusa para esto (que no!!, que hacía falta un corte de puntas).
Abrazos a borbotones.
No creo que se pueda superar.
ResponderEliminarLo superaron, Anó, créeme.
ResponderEliminarVivan las "siestas"
ResponderEliminarMagnífica elección del título.
ResponderEliminarEl micro rebosa ternura y nos introduce en sabiamente en esa casa silenciosa donde todos duermen la siesta; todos menos la protagonista que está cazando dragones. Precioso.
Abrazos admirados, Miguelángel.
Vivan, Estrella, que vivan. Las siestas y el gazpacho en verano!!!
ResponderEliminarMj, gracias. Me alegro de lo del título. Es de los que me costó bautizar.
Abrazos/as
me ha encantado, qué raro no??? y la consulta es...
ResponderEliminarviendo que lo puedo publicar en mi muro del face, te importa que lo haga????
bueno siga usted así que lo hace muy bien...
besos
Ana Rebost
Gracias, Anadelrebost. Como ya te he dicho, éste también es un poco tuyo, así que...
ResponderEliminarUn besazo, guapa!