A mi marido me lo trajo una tormenta. Y no es un decir, me lo entregó envuelto
en lluvia. Estaba de romería con mis amigas, las pocas que quedamos, cuando
empezó a caer un chaparrón de los que empapan el ánimo. Salimos corriendo
mientras nos tapábamos con las sillas plegables. Y al pasar por el abrevadero
viejo lo vi allí tirado. Hice como si no lo hubiera visto, seguí mi camino con
ellas. Cuando llegamos a casa, esperé prudentemente a que cada una llegara a la
suya. Me puse la gabardina y salí a buscarlo. Estaba empapadito. No hablaba. Me
lo llevé a casa, lo bañé, le di de comer, y hasta hoy. Lo llamo Paco, y él a mí,
vida mía. No sabe de dónde viene, y ni falta que me hace. A ellas les he dicho
que lo conocí en el Carrefour de la capital y que se quedó prendado de mí. Yo no
sé si me creen, pero tampoco me importa. Que se alegran, me dicen. Ya, les digo
yo. Ahora a la romería voy de su brazo. Y si llueve, nos quedamos en casa,
recuperando lo que la vida me debe.
Con este relato participé en abril en Esta Noche Te Cuento, cuyo tema de ese mes era Lo Trajo La Lluvia.
Me encanta la gracia del tono, la romería, las chicas cubriéndose con las sillas... pero lo que enamora del texto son los gestos de la protagonista (tan suyos/tuyos), como que espere a que estén todas en casa para ir a recogerlo y, sobre todo, que diga que lo ha conocido en el Carrefour (ahí he soltado la carcajada). Vamos, que pintas a la narradora con tintes indelebles, especialmente con esa vida que le deben.
ResponderEliminarEste blog tiene más que duende.
Abrazos.
El domingo me levante un poco asín (ya se puede escribir y se entiende mejor lo que quiero decir). Y cuando vi tu comentario, aunque no te contesté, me salió una sonrisa desde el estomago. A partir de ese momento empecé a dejar atrás el estado asín.
EliminarGracias, Susana.
Y tú último comentario no tiene precio.
Me enganchó desde la primera frase... me pusiste en guardia, necesitaba saber más... buenísimas las escenas volviendo con el chaparrón y quizá lo que más me ha gustado es la sencillez con la cuenta que le resbala todo lo que no sea la relación con su marido y ese final de días de lluvia en casa junto a su PAco....
ResponderEliminarAbrazos
Sigrid, hacía que no te veía por aquí. Tú lo has dicho, el resto del mundo le resbala ahora mismo, de la misma forma que ella ha resbalado al resto del mundo.
EliminarUn abrazo, y no tardes tanto.
Muy logrado el punto de vista femenino.
ResponderEliminarSí, supongo que está escrito con ese otro lado que todos y todas tenemos.
EliminarUn abrazo, Mei.
No lo había leído, la verdad que no he tenido tiempo de leer casi ninguno de abril. Es genial y las cuentas están muy bien ajustadas. A veces, la lluvia, trae la felicidad, y entonces, hay que aprovecharla. Un abrazo.
ResponderEliminarPor supuesto, Mar, la felicidad hay que aprovecharla conforme llega, que si no, se echa a perder enseguida.
EliminarAbrazos.
Don Flores, es un relato, que como los niños rubios de padres suecos, nadie puede decir que no es tuyo. Es cien por cien Flores. Me gusta ese humor que mezcla realidad y ficción, dando una estampa creíble. Es muy simpático el relato y yo de ti, buscaría una buena cámara para inmortalizarlo y colgarlo en un buen marco para que tus visitas se quedasen boquiabiertas con él.
ResponderEliminar¡Felicidades!
Un abrazo, Don.
Jjajaj, qué gracioso eres. Y me halaga, me halaga mucho que me digas que se nota que es hijo mío. Gracias, Don, me alegro que te divirtiera. Y lo de la camara, me lo pienso.
EliminarUn abrazo, DJ.
Yo creía que los traía el gato... Me ha gustado mucho y me ha dejado una sonrisa. Si ellos son felices que le den al mundo.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Es que hay otros que los trae el gato, pero son más menudos. Que le den, Rosa, que le den.
EliminarUn beso al aire (cógelo).
Como Mar, no he leído casi ninguno de los cuentos de abril, pero... he leido este. Me gusta que él la llame "vida mía" y que no se hagan muchas preguntas y que cuando llueve se queden en casa juntos. Es una pareja que tiene muy buena pinta, como que fuese a durar toda la vida. ¿Por qué me ha dado esta impresión? Ni idea.
ResponderEliminarUn beso
Estoy contigo, Luisa, yo creo que también es para siempre (vamos, sin olvidar las limitaciones del para siempre).
EliminarUn abrazo, Luisa
Unas cuentas muy bien hechas me gusta ese Paco que trajo la lluvia y la llama a ella "vida mía"...
ResponderEliminarMe gusta el tono amable que usas en la narración, me gusta eso de que les diga que lo encontró en el carrefour...je,je.
Me gusta, me gusta. Lo mismo un día de estos publico el que yo mandé...Una buena iniciativa esta de esta noche te cuento.
Besicos amigo.
Siempre queda más fino conocerlo en un museo, pero no me pegaba con el resto.
EliminarYa tardas, Cabopá en colgarlo, ya te me tardas...
Abrazos, muchos.
Aquí estoy, dispuesta a releer lo que ya leí allí y lo que tan buen sabor de boca me dejó. Me encantó el tono delicado que utilizas para tu prosa, y esas entrañables escenas, sobre todo la final : la de quedarse tan ricamente en casa recuperando lo que el tiempo le robó.
ResponderEliminar¡Qué bien encontrar un Paco en tu vida!,
bueno...en la de una mujer quise decir.
Besos y a por las "flores de Mayo".
Laura, el Paco de tu vida lo mismo puede llamarse Juan, que Carmen, que Carlos Jesús, los Pacos no tienen sexo.
EliminarEl de mayo lo tengo casi a punto, y tú?
Un abrazo largo, Laura.
Me ha encantado esta historia, Elysa. Tiene un punto de surrealismo genial, pero sobre todo destila mucha ternura. Y está genialmente escrito! Felicidades porque el micro lo merece
ResponderEliminarTe decía que me puedes llamar como quieras, Pablo, pero me siento menos identificado con este que con el mío.
EliminarYo también creo que tiene algo de surrealista.
Un abrazo.
Te diré que es una delicia este micro, Miguelángel.
ResponderEliminarMe encanta venir a leerte, nunca me defraudas.
Un abrazo.
Gracias, MJ, a mí me ocurre lo mismo cuando te visito, y lo sabes. Me encandila tu ingenio.
EliminarAbrazos y demás.
Joder, que mal estoy... Que no eres Elysa. Perdona, Alfredo. Un abrazo.
ResponderEliminarEso está mejor, Juanmi.
EliminarMe encanta el tono de este micro. Y me gusta como esta mujer nos cuenta como conoció a su Paco. Es un micro que se saborea y se hace un hueco en el corazón.
ResponderEliminarBesitos
La verdad es que es de eso personajes que hay que buscarlos mucho, está ahí sin tener que estrujar mucho.
EliminarUn abrazo, Elysa (Pablo diría que te llamas como yo).
Da igual de dónde venga, lo importante es que él sigue prendido a ella. Preciosa historia con final feliz, a veces la vida da tanto como quita...
ResponderEliminarQué más da el principio ni el final, si cuando uno vive es en medio.
EliminarGracias por pasarte, Odys. Abrazos.
Viva la simpatía, Miguelángel, a esta señora le cayó del cielo algo que cualquiera quisiera. Bueno, a mí ya me cayó una señora, yo la había pedido delgadita para engordarla y sueve para acariciarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ves?, se lo decía a Laura más arriba, qué más da cómo se llame... Ahora, lo de ser suave sí es muy importante, ahí sí.
EliminarUn abrazo.
Miguelángel un buen relato y bien relatado. Irónico y con sentido del humor. Es un registro que siempre me ha parecido muy difícil, sin caer en el chascarrillo.
ResponderEliminarMuy bueno.
No lo había leído. La verdad es que en abril leí pocos. Los de mayo casi estoy al día... Por cierto, ¿todavía no has colgado el tuyo este mes, señor Flores?
Saludos.
Bienvenida, Petra Acero. Tienes nombre de bandera. Me alegro que te guste mi humor.
EliminarNo, aún no lo he colgado, estoy en ello. Pero, y el tuyo?, creo que tampoco está.
Vuelve cuando quieras.
Yo he pasado por tu casa rapidamente, pero he de volver con calma.
El mío ya está desde hace tiempo. Te llevo la delantera porque seguro que soy más impulsiva y menos profesional (leer y releer, y corregir... De hecho ya cambiaría alguna palabra de las que he colgado)
EliminarUna pista: Mi relato es el MAY 30 (el más leído de la semana, ¡pura casualidad!)
Un abrazo
Bonita e inusual manera de encontrarse con el Amor. La lluvia que lava y limpia entrega a estos seres como recién nacidos, sin pasado y sin futuro, sin reclamos ni mayores expectativas... buen suelo para cultivar y florecer. (una manera de interpretarlo, entre varias, obvio)
ResponderEliminarMe parece un buen texto pues siendo breve y hasta lacónico, genera una apertura que hace comprender lo que no está literalmente escrito pero es "como el corazón del relato".
Un saludo fraterno!
Gracias, Eva. Una estupenda interpretación la tuya. Estas tierras, además, suelen dar muy buenas cosechas. Y efectivamente, en este micro el corazón no era necesario escribirlo, es mejor leerlo.
EliminarGracias de nuevo por tu visita, Eva.
Me encanta. Me transportó a un pueblo como el de Amanece que no es poco, me encanta ese sentido del humor, simpático y tierno a la vez.
ResponderEliminarBienvenida, Nieves T. Cuántas visitas hoy, qué bien. Creo que la película que dices la vi hace muchos años, y sé que me gustó, pero ahora tendré que volver a verla...
ResponderEliminarGracias, Nieves T.
Un saludo
Gracias Miguel Ángel por el relato, es muy divertido. Me gustó.
ResponderEliminarEse recuperar lo que la protagonista piensa que la vida le debe es muy profundo.
Un abrazo.
Me alegro que te divirtiera, Arte Pun. La vida debe mucho a mucha gente y hay mucha gente que lo debe todo a la vida, o a la vida de otros...
EliminarUn abrazo.
Llevo cuatro visitas esta noche: Laura, Susana, Xavier y acabo aquí con este gran micro. Creo que tardaré en volver, porque visto los cuatro relatos, casi creo que los que vuestros textos me gusta es proporcional al tiempo que hace que no navego entre blogs. Perdona que no hable sólo del tuyo, pero es que los cuatro que he leído hoy son diferentes y los cuatro magníficos... creo que no visitaré ninguno más hoy o corro el riesgo de irme a llorar a un rincón, mi autoestima está en juego.
ResponderEliminarAhora en serio... cuanto he disfrutado hoy con el paseo.
Gracias.
Es que lo de pasear va bien, y para el colesterol, ni te cuento.
EliminarEn serio, deja a tu autoestima tranquilita, que es la reina de la fiesta, Fernando.
No, ahora más en serio, gracias por sacar un minuto para pasar por casa (esto sí es serio).
Abrazos, Fer.
Es fantástico este microrrelato, Miguelángel. Muy bella la historia y me gusta el tono en el que está narrada.
ResponderEliminarEnhorabuena. Un abrazo.
Gracias, Sara, qué bien que te guste.
EliminarTe lo vuelvo a decir, y no me cansaré, me has gustado muchísimo tu ilustración. En cuanto la haya enmarcado te la muestro.
Abrazos.
Hola Miguelángel. Hay algún problema con el nuevo relato que has colgado: "Casualidad". Compruébalo
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Petra. Ya está solucionado. Lo dejé programado pero, pero la programación, por lo visto, se desprograma o vete tú a saber...
EliminarPrecioso M.A. Me gusta muchísimo cuando juegas con la ternura y el humor que te caracteriza.
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ResponderEliminarDecididamente me encanta tu estilo.
ResponderEliminarsi al marido se lo trajo una tormenta, seguramente es que fue el mar el que se lo llevó. ¿no vendría por casualidad enredado en sales y redes?
un relato precioso.