En la boda, la tía Feli estuvo llorando hasta que volvió del lavabo. De allí traía un brillo en la mirada, como de orgullo contenido, y una manchita roja en la pechera. Detrás llegaron los gritos, el escándalo y finalmente, la detención. Al novio, el colombiano al que meses atrás conoció la tía Feli aprendiendo a bailar la cumbia y que, para sorpresa de ella, acababa de casarse con esa sobrina a la que nunca veía, al pobre, se lo llevaron en el coche del padrino, junto con el pene conservado entre cubitos para el gintonic. La policía tuvo que pedir refuerzos para llevarse a la tía Feli: no sabían por donde coger ese revuelo de uñas, raso, escupitajos y palabrotas. Al día siguiente, le asignaron un abogado de oficio que, desde entonces, se le aparece en sueños vestido sólo con un birrete y dando golpes de martillo.
La primera vez que participé en el Concurso de Relatos sobre Abogados fue el julio pasado con este relato. No fue finalista. En negrita las palabras obligatorias del mes.
La primera vez que participé en el Concurso de Relatos sobre Abogados fue el julio pasado con este relato. No fue finalista. En negrita las palabras obligatorias del mes.
ea! pues yo comento aquí que no hay ninguno, :) ¿es que este no le ha gustado a nadie? me extraña!
ResponderEliminarOye, por cierto, ¿aceptas sugerencias o mejor dicho peticiones? pues... escribe algo de humor (algún pego, vaaaaaa, porfa)
cuando te vea te doy besazo, pero con ruido, eh?
Dolo
Comentarios al blog vale, pero miguitas a las palomas, vamos a ahorrarnoslo por favor¡
ResponderEliminarAnónima
Doloooooooooooooo!!
ResponderEliminarQué bien, que ya estás aquí. Es que para gustos... Y para besos, donde se pongan los escandalosos...
Por aquí te voy esperando, Lola.
Anónima, quien dice a las palomas dice a los "pajarillosquevantrinandocomo sinotuvieranotracosacacer" que hay en los parques.
ResponderEliminarUn besico con nombre propio.
PD. Dile a Carlos que él también puede comentar, aunque sea anónimamente.