domingo, 2 de octubre de 2011

LA CIMA

Yo he visto algún dibujo de estos en un programa de sexología. Y anoche lo vi en la cama.
Subimos la cuesta cada uno por un lado. Y, aunque de vez en cuando nos miramos para coordinar nuestras alturas, a veces jugamos a darnos ventaja y otras a adelantarnos. Cuando llegamos a lo más alto y los dos vértices se superponen, te miro y me miras en un beso de cíclope, que diría Cortazar. Yo, ahora sí, resuelto a engullirte, empiezo por la boca, que te dejas comer. Pero antes de llevarlo a cabo, voy venciendo mis mandíbulas, mis dientes pierden fuerza, y desfallecen con un labio tuyo prendido entre ellos, a medio devorar. Y acabo dándote besitos sin ruido. Como si después de llegar hasta arriba, bajáramos la colina cogidos de la mano bajo el sol, sonriendo, igual que en una película cuyo título no recuerdo.


Este lo escribí hace unos años y ahora veo que lo de besar sin ruído ya venía de lejos.

2 comentarios:

  1. Haces que la sangre se reactive, se acelere el corazón y que tu cuerpo sienta unas ganas inmensas de estar en la cima. Es impresionante.
    Eres la ostia!!!

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  2. Anónimo, gracias. Quién sabe, a lo mejor un día nos vemos por la cima.

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DESPUÉS DEL COMENTARIO, DIME SI ERES TÚ O ELLO. Gracias