viernes, 30 de septiembre de 2011

TRANSFORMACIONES

Desde el principio peiné sus pelucas, ordenaba su maquillaje, cosía lentejuelas; ya sabe, todo eso que hace la esposa de un transformista. Ya en la boda le hice un juramento: siempre estaré junto a ti; él, me cantó una de Betty Misiego. Estuvo graciosísimo ese día. Llegó a ponerse mi traje de novia y, ante los invitados, hizo el número donde Gilda se quita los guantes. Qué risa. Luego se transformó. Y fue la primera vez. Al día siguiente, de resaca, me pidió perdón. Yo sé que no era culpa suya. Quizá debí pedir socorro, abandonarlo, mientras pude. Pero mantuve mi promesa, su señoría, y me quedé a su lado, callando, como alma en pena. Me fui apagando, diluyendo, volviéndome umbría sin más. No miento, señor juez. Sé que cuesta de entender, pero no hay muertos ni desaparecidos en esta historia. Simplemente, ahora él soy yo, y ella, ahí la ve, mi sombra.

Relato finalista del mes de agosto en el III Concurso de Relatos sobre Abogados. En negrita, las palabras obligatorias del mes.

jueves, 29 de septiembre de 2011

INAUGURACIÓN

Nunca he celebrado mi santo. Quizá porque no creo en santidades ni beatificaciones. Sólo en ángeles, como el angelito del aparcamiento. Pero mi entorno se ha ido encargando de recordármelo cada año. Sobre todo, en la época que trabajé con abuelos. Entonces nunca me faltó mi botecito de agua de colonia, lo mismo de rosas que de limón, comprado en el todo a cien de la esquina (benditos días en los que olía a bar de alterne, a café teatro del Raval). Bien, pues mira tú que este año, si bien no lo celebro, lo voy a recordar para siempre. Hoy, veintinueve de septiembre, día de mi santo, doy por iniciado el blog. De celebrarlo, al apagar las velas, únicamente pediría un deseo: mantener siempre la misma ilusión con la que empiezo hoy. Ah, no, que lo de las velas es en los cumpleaños. ¿Ves?, si es que me falta la experiencia.
Bueno, pues sin soplar. Bienvenidas y bienvenidos a la inauguración de ETERNIDADES Y PEGOS. En la nevera hay cava. Pena, los canapés se agotaron hace rato (haber llegado antes).