El día que el vendaval se llevó a Germán, la vida empezó a ser
otra. Mamá se varó en el lamento de
haberlo subido con ella a tender a la azotea. Y allí se quedó. Papá, que había
salido a buscarlo, volvió con una grulla, dos palomas, una cometa y un racimo
de globos descoloridos. Pero no era lo mismo. Germán había dejado un vacío muy
grande difícil de llenar. A veces, asomados a la ventana, lo veíamos pasar volando.
Lo llamábamos a gritos y él saludaba como si fuera en autocar.
Una tarde otoñal el viento lo dejó en la puerta. Lo abrazamos todos.
Menos papá, que se había ido de nuevo a buscar cosas que volaran. Germán había
crecido un palmo y estaba despeinado. Nos contó como era el mundo, pero desde
arriba. Altanero. Mamá seguía lamentándose de lo de la azotea. De nada servía
que Germán diera saltos ante ella diciéndole que había aterrizado. No volvió a
ser la misma. Él tampoco, se creía muy volátil. Y alardeaba de ello. Pero el
que más cambió fue nuestro padre, que nunca regresó y nos conformamos con un
señor que vivía enfrente. Y no se parecía en nada.
¿Qué os parece la ilustración que ha hecho INÉS VILPI para mi relato Sobre Vuelos? ¿No es una auténtica maravilla? ¿No es para envidiarme mucho y muy seguido?
Inés Vilpi es una deslumbrante ilustradora y artista, de la que nadie mejor que sus trabajos hablan de ella. Sobre vuelos, es el micro que quedó seleccionado en el mes de Junio del año pasado en el, cada vez más reconocido, concurso ENTC. Y luego llegó a la gran final en el mismo certamen junto a otros 9 micros. Así, este micro ha recolectado tres grandes premios, contando este de la Vilpi. Gracias, Inés, me has hecho un regalo que nunca dejaré de agradecerte.