El pasado 14 de enero volví a MICROTEATRE BARCELONA. Y lo hice con un monólogo. Con un monólogo y un actor con el que me gusta horrores trabajar, bueno, le gustaría a cualquiera, FRANCESC CUÉLLAR. Quédense con este nombre. Por supuesto, he vuelto a contar con el estilazo y el buen hacer de ROCÍO LUNA (el mismo cartel la delata).
Estrenamos hace dos semanas y ha habido de todo desde entonces. Gente a la que ha entusiasmado y gente a la que no sabe bien si le hace o no. También cuento con que tal vez haya a quien no le ha gustado en absoluto, pero no lo dice (no a mí, claro). Es lo que tiene arriesgar. Lo que si es cierto es que muchos coinciden en afirmar que cuando acaba la escena, después de aplaudir porque toca, se quedan trastocados (por lo que podría afirmarse que más bien quedan "trasaplaudirtocados", con la obra). Y es que TRAS ELLA es un viaje arriesgado. Lo reconozco. Un viaje que proponemos de la mano de Armando, que es el nombre del protagonista de la historia, que es el que pone acción a la historia. Historia en la que aparecen varios personajes más: la madre, el hermano, el padre, algunos vecinos del barrio y Rosalía, su novia. Que es la que, de alguna manera, está también con él en escena.
Por último he de decir que TRAS ELLA es el germen, la semilla de un proyecto más ambicioso que está a punto de finalizar su principio. Es uno de esos proyecto por el que, junto a otro par que va y viene, me despierto a veces a las cinco de la mañana, cuando aún es de noche, y por el que me sorprendo continuamente soñando a plena luz del día.
Y hasta aquí puedo leer.
Ah, no. TRAS ELLA permanecerá en Microteatre Barcelona hasta el 7 de febrero, de jueves a domingo, con cinco pases diarios. (Clica en el enlace para más información).