Imagen tuneada |
Habría cogido alguna vez un hilván de pespuntes
perfectos, sí le hubieran dejado. Se embelesaba observando cómo daban puntadas
en la tela. Le serpenteaba la lengua entre los labios intentado conducir las
agujas de sus manos. Venga, vete un rato a darle patadas a un balón, soltaba
cualquiera de las vecinas. Entonces bajaba la cabeza y era ella la que
contestaba: no, es que no se encuentra hoy muy bien para irse a correr. Y sabía
que eso era todo lo que su madre podía hacer por él. Eso y dejar el costurero a
su alcance cuando se ausentaba de casa.
Después de unos años sin aparecer por el certamen, he ganado la final semanal de Relatos en Cadena, de la SER (compitiendo, que eso fue lo peor, con el amigo Manuel Montesinos). Ganar ha sido un subidón impresionante y estoy más feliz que yo qué sé. Y ahora, este lunes que viene, estaré concursando en la final mensual (y aquí, ay, compitiendo con Patricia F. Collazo, otra compañera), con la esperanza de pasarla e irme a la gran final en Madrid (si cruzo más los dedos, me voy al circo a vivir de ello).
AQUÍ puedes leer los 3 de la final de enero y, si te apetece, de paso, votar.