Imagen tuneada de la red |
Un corazón de lana y acero comenzó a latir
rítmicamente en el pecho de Matías. De acero gris rabia y lana trémula
deshilachada. Aún caminó unos metros más sin llegar a girarse. En la sien, sístole
de coraje, diástole de temor. Pero alguien tiró con tanta fuerza de la mochila
que llevaba a la espalda, que hizo que perdiese el equilibrio y cayera al
suelo. Desde abajo miró uno a uno a los que jaleaban y reían. Entonces, lenta,
muy lentamente fue levantándose. Cuando estuvo de pie, el niño medía más de
tres metros. Mucho más. O así lo recordaron de por vida aquellos que recibieron
su merecido.
Segundo intento en esta temporada de Relatos En Cadena. En esta ocasión no pasé a la final mensual. Seguimos, que será a la tercera.