— Mamá, ¿por qué
tenemos que venir siempre a repartir sopa?
— Porque es de buen
cristiano compartir y ayudar al pobre, cielo. Y el caldo es sano.
— ¿Por qué son
pobres? ¿Qué han hecho?
— Nada, cielo, es
porque Dios los quiere así.
— A lo mejor los
hace pobres para que podamos venir aquí a hacer de buen cristiano.
— No, cielito, es al
revés. Siempre es al revés. O casi.
— Mamá, ¿ese no es
el guarda que tenía papá en la finca?
— Sí, hijo, pero no
mires, disimula, que nos va a reconocer.
— ¿Por qué lo
despide si luego tenemos que venir a darle de comer?
— Bueno, cielo, son cuestiones
que no entenderías. Y estás muy preguntón. Papá lo pasa mal también, no te
pienses. Pero, o son ellos o nosotros. Aún eres muy pequeño. Cuando crezcas, te
darás cuenta de cómo son las cosas en este mundo. Tú sólo piensa en tener
cuanto más mejor, para poder así ayudar a los demás.
— ¿Y con eso ganaré
el cielo, mami?
— Claro, cariño, solo
así se entra en el reino de los cielos.
Mi participación anual en la PRIMAVERA DE MICRORRELATOS INDIGNADOS 2017, cuyo tema este año es: Las desigualdades económicas y sociales. Convocatoria auspiciada y promovida por Miguel Torija, desde su blog LA COLINA NARANJA.
¡Nos vemos en la alambrada!