martes, 13 de junio de 2017

DALTONISMO

Modificación sobre una imagen de la red
Esperé a un día de esos que el viento mueve las espigas como si fueran olas, le tapé los ojos y la llevé ante el trigal. Mira, le dije, como el mar ese que dices. Para que veas que aquí también vas a poder soñar cuanto quieras. Noté cómo se le desilusionaban los ojos. Que no, que no era igual, que se parecía, pero que le faltaba el color. Que sin lo azul nunca sería feliz, me dijo. Entonces, me dio mucha pena. La seguí mirando sintiendo de pronto una compasión grandísima por ella, por toda la gente que distingue tan claramente los colores.

Relato para ZENDA, convocatoria #UnMarDeHistorias

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