Ayer Paulino se fue al cielo. Yo no lo vi irse, pero me lo
ha dicho mi madre. Paulino es un ratón que no come queso, ni es gris ni tiene
rabo. Pero mi tía si se lo encontrara suelto por la casa, chillaría lo mismo
que si tuviera rabo.
Mi madre dice que ha sido de viejo como el abuelo; porque cuando se es viejo uno se va al cielo. Pero el hijo dela
Celia del pueblo se fue el verano pasado y era un niño.
Yo creo que se ha ido de crisis, que según mi padre está acabando con todo, pero no me lo quieren decir porque soy pequeño. Aunque yo sé que lo peor de la crisis son los números rojos que vienen luego. Bueno, no sé que es peor. A mi madre, con lo del abuelo, le entró una crisis que le quitó las ganas de ir a la peluquería, y hasta de levantarse decía. A mí tampoco me gusta levantarme, pero creo que es por el colegio, porque los sábados y los domingos no me pasa. Pero como decía, el otro día le dijo a mi tía que no podía ir a la pelu, y que era por los números rojos. Así que no sé.
Esta mañana mi madre tenía los ojos que se le ponen cuándo ha discutido con mi padre. Pero anoche no los oí. Sólo sé que he dormido otra vez en la cama de ellos, que me chifla, y mi padre en la mía.
Luego mi madre me ha dicho que para mi cumple, que es el mes que viene, no lo vamos a celebrar en el “Happy Baby” con los de mi clase; que mejor en casa y sólo con mis primos. Mejor para ella, para los de mi clase no creo. Entonces ha vuelto a salir lo de los números rojos; y que yo tenía que entenderlo, que ya era mayor. Yo no sabía muy bien de qué hablaba. Al final me ha soltado que cuándo sea grande ya entenderé lo de los números rojos. O sea, como siempre. Y de mientras que me zurzan. Al rato como me ha visto un poco triste por esto y por lo de Paulino y todo, me ha dicho que no piense más en ello. Pero cuándo no me veía he seguido pensando.
Luego ha hablado otra vez por teléfono con mi tía, que es su hermana. Ha vuelto a decir algo de números rojos, después, de mi padre. Ha llorado un poco más al final. “Esta es la peor crisis de todas”, ha dicho. Pero no sé si se refería a la del abuelo, la de mi padre, la del Paulino, o la de los números rojos.
El el 2008 volví a quedar finalista en el Concurs de Literatura Ràpida. Microcontes 2008, del Ajuntament de Sabadell. Como siempre, tenías noventa minutos para escribir sobre un tema que ellos te daban. En esa ocasión el tema fue la crisis (a la que ya se veía venir a los lejos), y el subtema, Los Números Rojos. En total, esto ya lo he contado antes, fueron seis años consecutivos participando y siendo finalista, hasta el año 2011, en el que gané el primer premio con Puentes.
Mi madre dice que ha sido de viejo como el abuelo; porque cuando se es viejo uno se va al cielo. Pero el hijo de
Yo creo que se ha ido de crisis, que según mi padre está acabando con todo, pero no me lo quieren decir porque soy pequeño. Aunque yo sé que lo peor de la crisis son los números rojos que vienen luego. Bueno, no sé que es peor. A mi madre, con lo del abuelo, le entró una crisis que le quitó las ganas de ir a la peluquería, y hasta de levantarse decía. A mí tampoco me gusta levantarme, pero creo que es por el colegio, porque los sábados y los domingos no me pasa. Pero como decía, el otro día le dijo a mi tía que no podía ir a la pelu, y que era por los números rojos. Así que no sé.
Esta mañana mi madre tenía los ojos que se le ponen cuándo ha discutido con mi padre. Pero anoche no los oí. Sólo sé que he dormido otra vez en la cama de ellos, que me chifla, y mi padre en la mía.
Luego mi madre me ha dicho que para mi cumple, que es el mes que viene, no lo vamos a celebrar en el “Happy Baby” con los de mi clase; que mejor en casa y sólo con mis primos. Mejor para ella, para los de mi clase no creo. Entonces ha vuelto a salir lo de los números rojos; y que yo tenía que entenderlo, que ya era mayor. Yo no sabía muy bien de qué hablaba. Al final me ha soltado que cuándo sea grande ya entenderé lo de los números rojos. O sea, como siempre. Y de mientras que me zurzan. Al rato como me ha visto un poco triste por esto y por lo de Paulino y todo, me ha dicho que no piense más en ello. Pero cuándo no me veía he seguido pensando.
Luego ha hablado otra vez por teléfono con mi tía, que es su hermana. Ha vuelto a decir algo de números rojos, después, de mi padre. Ha llorado un poco más al final. “Esta es la peor crisis de todas”, ha dicho. Pero no sé si se refería a la del abuelo, la de mi padre, la del Paulino, o la de los números rojos.
El el 2008 volví a quedar finalista en el Concurs de Literatura Ràpida. Microcontes 2008, del Ajuntament de Sabadell. Como siempre, tenías noventa minutos para escribir sobre un tema que ellos te daban. En esa ocasión el tema fue la crisis (a la que ya se veía venir a los lejos), y el subtema, Los Números Rojos. En total, esto ya lo he contado antes, fueron seis años consecutivos participando y siendo finalista, hasta el año 2011, en el que gané el primer premio con Puentes.