En esta comarca somos muy tozudos. Cuando las autoridades
competentes decidieron convertir el valle en un pantano, la mayoría nos negamos
en redondo; los más tercos, en cuadrado. Llegado el día, nos encerramos en
nuestras casas y de ahí no nos movimos. Los encargados de inundarlo todo
dijeron: vosotros mismos, cabezotas, que es que no hay quien pueda. Y hasta
ahora. Al principio nos costó adaptarnos; en el fondo nos faltaba el aire, más
que nada. Pero a todo se acostumbra uno. Ahora vamos a trabajar en autobús hundido
o nadando, según. Y, eso sí, cocinamos como siempre. Porque sí se puede hacer
fuego dentro del agua. Era solo una leyenda urbana, una verdad no cierta que
nadie comprobó. Menudas barbacoas y fogatas hacemos en medio del campo sin
miedo a que se extiendan. Hasta los niños llevan mechero si quieren. Y lo mismo
que antes íbamos al río a mojarnos, ahora vamos a la montaña a secarnos. Y pasamos
el día escurridos, haciéndonos peinados, jugando a la pelota, que allí no
flota, y cosas así. Desde entonces, para la gente seca esto es el Pantano del
Valle, pero nosotros, testarudos, le seguimos llamando Valle del Agua. Y ahora
más.
En el V Concurso de Microrrelatos LEONARDO BARRIADA, este es el relato que quedó entre los 10 finalistas. El tema este año era "El Valle del Agua" y el fallo se dio a conocer el pasado 14 de agosto en el hermoso pueblo de Soto de Sajambre. Clicá AQUÍ para conocer al resto de finalistas y a los dos ganadores.
El revés, qué bonito es.
ResponderEliminarTú sí que eres bonito de frente.
EliminarUna vuelta de tuerca. Tal vez si dejáramos de seguir las normas impuestas nos iría mejor en la vida, creo que nos adaptaríamos muy bien a nuestro propio ambiente. Me ha encantado, Miguelángel. ¡Y, felicidades!
ResponderEliminarGracias, Mirentxu.
EliminarTu visita y comentario sí que son un encanto.
Ah, y me alegro MUCHO de eso nuevo proyecto!!!!!
Besazo.
Cuando uno es de ideas fijas... Original y muy bueno, como siempre. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Jesús. Sí, los cabezones también tenemos nuestro corazoncito, profundo, pero lo tenemos.
EliminarSaludos.
¡Qué bonito Miguelángel! Me encanta esa forma de enfocar la vida bajo el agua.
ResponderEliminarUn beso.
Lindísimo.
ResponderEliminarBesos.