lunes, 6 de enero de 2020

SED DE SANTA

Imagen casera

Todos me miran perplejos y detenidos. La abuela, que vuelve de la cocina, incluso se derrumba en la silla más próxima con la panera en la mano. A los niños, sin pestañear ni quitarme ojo de encima, los rodea su madre con los brazos. El marido aprieta en su mano el trinchador del pavo y en la otra, el cuchillo. Nadie dice nada. El árbol parpadea mudo en un rincón. Estoy a punto de soltar una risotada, pero entiendo que no viene a cuento. Finalmente, mostrándoles el balde y un cuenco vacíos, con la boca reseca, hablo yo.
—Disculpen que entre así, sé que es temprano, pero ¿podrían darme de beber? Todo está cambiando mucho, la nieve se agota pronto y en el camino no he encontrado agua potable. Los renos se me están deshidratando.

#cuentosdeNavidad para ZENDA

2 comentarios:

  1. Muy bueno Miguelángel. Menuda sorpresa bien narrada.
    Suerte.

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

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    Respuestas
    1. Gracias, Indio, por tu visita y por dejar tu comentario. Jugar en Zenda es como echar a la lotería, ya sabes.
      Un abrazo de aquí.

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